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Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria, consideró que la empresa Kimberly-Clark fue “víctima de una arbitrariedad” del Gobierno venezolano que provocó su cierre.
Acusó que la suspensión del suministro de materia prima y la imposición de precios llevó a la quiebra de la empresa productora de artículos de higiene personal.
El pasado 9 de julio, la compañía explicó que la decisión de suspender sus operaciones en Venezuela se tomó tras procurar durante años hacer frente a “complicadas circunstancias”, como la inhabilidad para comprar materia prima, lo que en los últimos dos meses ocasionó el cierre de las líneas de producción, así como la carencia de divisas y el rápido aumento de la inflación.
El presidente de Conindustria dijo que el Ejecutivo nacional debe contribuir para que las empresas funcionen al 100 % de su capacidad para superar la coyuntura.
Adelantó que otras empresas pretenden abandonar el país ante la ausencia de políticas que beneficien al desarrollo económico.