Medallistas criollos con historias conmovedoras

Yoel Finol tuvo que reponerse a una tragedia familiar en la que perdió a su hermana de la mano de su cuñado y Stefany Hernández desde los cuatro años demostró que el ciclismo era lo suyo, y a los seis su mamá le tocó apoyarla

La hazaña de ganar una presea olímpica es la máxima recompensa que puede conquistar un atleta luego de años de arduo entrenamiento. Yoel Finol y Stéfany Hernández son dueños de historias que demuestran que con trabajo y dedicación se puede acceder al podio de los Juegos Olímpicos de Río 2016 para ser considerado un atleta élite.

Finol va a recibir hoy la medalla de bronce y con 19 años de edad, su carrera deportiva parece no tener tope, pero para alcanzar a tan corta edad el éxito le tocó superar una tragedia familiar. El “Caciquito” empezó con nueve primaveras a entrenar para ser pugilista de la mano de Evelio Finol, su tío y quien le enseñó los fundamentos básicos del deporte, pero la figura principal para él es Edwin Valero.

Tragedia y éxito

El medallista olímpico de bronce cuenta cómo Valero le enseñó a tirar sus primeros golpes, lo entrenó y lo llevó a peleas callejeras para que “me hiciera hombre”. Tal preparación tenía una razón: el “Inca” era esposo de Jénnifer Viera, hermana de Finol, a quien el exboxeador asesinó el 17 de abril del 2010 y dos días después se suicidaría.

El joven de El Vigía vivía en el apartamento del excampeón mundial en Caracas cuando esa tragedia ocurrió. Aunque su cuñado le arrebató a un ser querido, el pugilista dice que ya perdonó a Valero, incluso reconoce que era una buena persona y que las drogas lo cambiaron.

Seis años después de esa desdicha, el criollo se ocupa de los dos hijos, sus sobrinos, que dejó huérfano esa relación y es el atleta venezolano más joven en colgarse una presea en una competencia oficial.

Ciclista desde pequeña

La primera experiencia de alto riesgo sobre una bicicleta para Stéfany Hernández ocurrió con apenas cuatro años, meses después de que le quitaron las rueditas de apoyo. Su familia compartía en una parrillada, después de una competencia de sus hermanos, cuando decidió lanzarse de la rampa más grande y dejó a su madre asombrada al ver cómo pasó a la perfección todos los muros.

Con una bicicleta con etiquetas de Barbie derrotó a más de un niño que competía contra ella. Con seis años, a pesar de que su mamá no quería que ella practicara bicicrós, inició su carrera en el BMX, una modalidad del ciclismo, y ahora, con 25 años, ya hace alardes de ser campeona del mundo en el 2015 y medalla de bronce en unos Juegos Olímpicos. 

Ambos atletas serán recibidos por los venezolanos este lunes a las 11.00 de la mañana en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, de Maiquetía, estado Vargas. 

 

Visited 2 times, 1 visit(s) today