
José
Las condiciones del canje de bonos PDVSA 2017 para 2020 fueron publicadas. A pesar de que la estatal petrolera reiteró que honrará el compromiso que mantiene con los tenedores que no acepten la transacción, una amenaza se asoma. Y es que el bono de siete mil 100 millones de dólares, aunque sobrepasa el cupón de 5,25 por ciento de abril de 2017, mantiene el de 8,5 por ciento de noviembre del próximo año. Una noticia que llevó a los bonos a la baja. El de noviembre 2017 es el más perjudicado con una caída de 2,450 puntos, reseña Reuters.
Para José Toro Hardy, exmiembro principal del directorio de Petróleos de Venezuela, el planteamiento del canje de bonos lo que indica es la situación desesperada en la que se encuentra PDVSA por sus obligaciones. La estatal petrolera conserva pagos muy importantes por concepto de deuda comercial que son vitales para poder mantener el volumen de producción del país con transnacionales que amenazan con irse del país por el impago.
El economista duda que la propuesta de la petrolera le convenga a alguna de las partes. No le conviene a PDVSA pues la garantía, el control de más de 50 por ciento de las acciones de Citgo, representa el principal brazo comercializador del petróleo venezolano. Para la contraparte, la realidad de la filial no es buena debido a su mala administración y deudas severas.
“Si PDVSA pierde el control de Citgo, al pasar más de 50 por ciento a manos de otro propietario, todas las acreencias que tiene Citgo serían exigibles de inmediato. Todos esos acreedores serían los primeros en la cola para cobrar y quienes canjeen bonos en este momento, serían los últimos”. Añade que la maniobra solo funcionaría para correr la arruga.
“Yo no encuentro ningún incentivo para quienes tienen bonos que empiezan a vencer a partir de octubre, cambiarlos para otros que vencen dentro de cuatro años”. Muestra su preocupación por la posibilidad de que la estatal no pueda cumplir con su compromiso a través de este canje de bonos. Y es que PDVSA se enfrenta a dramáticas caídas tanto de producción como de precios petroleros.
Si no cumple el pago, el primer impacto que recibiría la empresa es un derrumbe más agudo de su producción, por razones estructurales y la salida de empresas contratistas como Schlumberger y Halliburton. PDVSA no cuenta con la gente para suplir con las labores de servicio que prestan estas empresas. Estamos en una especie de callejón sin salida”.