A las cuatro comadres del CNE

 

Señoras del CNE, el futuro está en sus manos; ustedes serán responsables de lo que aquí pase y la historia las juzgará, no lo olviden

El tiempo corre y la paciencia se acaba. Para el momento de escribir el artículo de esta semana, las señoras rectoras del CNE no habían dado la fecha de los tres días de recolección del 20 %, ni las condiciones de dicho proceso para activar, de una vez por todas, la salida de Nicolás Maduro Moros a través del referendo revocatorio. 

Escribo desde la clandestinidad, producto de la persecución de un gobierno que se mantiene de forma ilegítima precisamente porque ustedes han decidido darle largas a la convocatoria del referendo revocatorio.

Lo que hemos sufrido mi familia y yo en términos de persecución política, no se compara en nada con el sufrimiento de una joven que pierde su padre o abuelo en un hospital por falta de medicinas;  no se compara con el desespero de una madre que tiene que escuchar a sus hijos llorar de hambre porque el actual modelo del Gobierno se encargó de destruir el aparato productivo venezolano, o el oficial de policía que tiene que cargar semanalmente a un compañero muerto porque ni ellos se salvan de la violencia y la inseguridad.

Cada día que pasa en donde se agudiza el sufrimiento de los venezolanos, debe estar en su conciencia y entre sus responsabilidades; es el CNE la institución que hoy tiene la capacidad y la obligación, según la Constitución, de darle a los venezolanos la posibilidad de salir de este desastre como lo plantea el artículo 72 de la Carta Magna: convocar a la brevedad posible un referendo revocatorio que permita un diálogo de más de 20 millones de venezolanos, pero no en unas mesas de negociación, sino más bien a través de un diálogo en las urnas electorales.

Ya el pueblo recogió sus firmas, ya fuimos en condiciones paupérrimas al proceso de validación, con pocas máquinas, sin cobertura en todos los municipios, con maltratos de la guardia nacional, aguantando sol, lluvia, entre otras vicisitudes; y hemos superado uno a uno todos los obstáculos. Ahora me pregunto ¿Qué quieren ustedes, que el país entre definitivamente en una guerra civil?, ¿Que el hambre y la anarquía se apoderen de las calles de Venezuela? Absolutamente nadie en la Unidad Democrática quiere eso. 

Parece que es el juego de solo cuatro comadres que estoy seguro también tienen familia, cuatro comadres que hicieron un juramento de defender al pueblo y la Constitución cuando asumieron como rectoras, cuatro comadres que tienen que demostrar esta misma semana si están con los intereses de esta patria, Venezuela, o con los intereses cubanos y de otros países a quienes no les conviene la salida de Nicolás Maduro, porque ha sido el Gobierno que más se han chuleado en términos de petrodólares.

Señoras del CNE, el futuro está en sus manos; ustedes serán responsables de lo que aquí pase y la historia las juzgará, no lo olviden.

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