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El “comandante eternamente enterrado”, ese que ya no fluye en la mentalidad de los venezolanos, bautizó en el 2000 a la CNRBV con el nombre de la “bicha”. Son muchas las acepciones que la RAE ha definido tal término; uno de ellos, es la que define a la bicha como: Figura fantástica o con forma de mujer, de medio cuerpo para arriba y de animal en la parte inferior. Esa bicha la vendió su “padre” como la mejor del mundo: Derechos Humanos; Referendo Revocatorio; Estado Social de Derecho, y otras. Es bueno señalar, que ese nombre, la “bicha”, también es producto de la influencia en su mentalidad de los babalaos, paleros, y de todo ese rito maligno que los asesinos cubanos le enseñaron.
Esta “bicha”, desde su propio nacimiento hasta sus 13 años, sufrió de un incesto macabro; fue violada por su propio padre; este la ultrajó y la convirtió en una piltrafa; desechó sus virtudes para perpetuarse en el poder. Ella enfatizaba, en la democracia, en las libertades ciudadanas, en los DDHH, en la descentralización general, en el pluralismo, en el respeto a la propiedad privada; y su padre la inviabilizó en la realidad. Estas relaciones incestuosas, consignó en la sociedad una decadencia moral en toda la estructura que la integra. Cuando el comandante dejó este mundo para irse en un pasaje sin regreso al infierno, sus hijos malolientes, inescrupulosos, delincuentes y también seguidores de los ritos satánicos cubanos; continuaron con su hermana (la bicha) la misma relación incestuosa del padre.
A la “bicha” sus hermanos la tienen maniatada de pies y manos, no le permiten ningún tipo de acción, está secuestrada por el engendro y diablodado. También sus primos, malignos todos ellos: TSJ, CNE, FAN, Poder Moral, entre otros, la violan, la ultrajan y la utilizan, como si en verdad la quisieran, para robarse los dineros públicos. Pero lo más importante, es que ante las vicisitudes, respira y tiene mucha vida; porque se ha dado cuenta que no está sola en sus penurias.
La “bicha” está madurando en la conciencia social; está generando angustia, pero a su vez esperanza; está generando tristeza, pero a su vez alegría; está generando interrogantes, pero a su vez verdad; la “bicha” es para la sociedad una “bombona de oxígeno”.La resistencia ciudadana, está en la entereza que la “bicha” asigna; hay múltiples salidas institucionales en ella, que se pueden transformar, como lo hace una simple brisa en un huracán. Por más que el engendro y su combo, clamen por decisiones que le permitan desconocer la voluntad popular, eso no le va a servir de mucho y será la mismísima “bicha” la que os devorará.