La vida me ha llevado a creer más en hechos que en palabras, a saber que la inspiración es importante pero que las decisiones y acciones configuran la vida
“Nos hacemos los locos, pero sabemos quién es quién”. La mirada crítica de cada uno ante la sociedad nos hace creer que podemos juzgar, basado en nuestros conocimientos y el tono de voz más alto que podamos tener, me he topado en mi andar con mucha gente buena, capaces de generar cambios positivos, de personas que han enfrentado situaciones difíciles y eso le ha servido como catalizador para mejorar su presente, también he escuchado a quienes se jactan de victorias que no han sido sus batallas, de obras sociales que no hacen, de ser quienes no son, pero que ante la sociedad imitan ser un ejemplo a seguir.
La vida me ha llevado a creer más en hechos que en palabras, a saber que la inspiración es importante pero que las decisiones y acciones configuran la vida. Cuando nos llenamos de información y la dejamos en la lógica, sin permitir que el cuerpo aprenda lo que la cabeza ya entendió, estamos haciendo que el sentido común se adueñe de la información y no se pase a la práctica.
El vociferar lo que creemos que somos, asomando nuestros títulos, estudios y propiedades es solo una muestra, de lo grande de nuestro ego, que necesita blindarse con adornos para ocultar el verdadero ser, porque tiene miedo a ser descubierto y necesitar mostrar diferentes máscaras para no mirarse al espejo.
La grandeza de cada uno radica en mirar nuestra sombra, que forma parte de nuestro ser, que muchas veces ocultamos pero que en momentos de estrés, sale a relucir lo que verdaderamente somos, y que en una época de falsos gurús, cualquiera se siente en la capacidad de creer que su verdad es la única.
“Solo sé que no sé nada”, dijo Sócrates, pero sí creo que la mirada integradora de nuestro ser más conflictivo, conjugando con la compresión de nuestras emociones hará que abramos un vórtice de entendimiento de nuestros miedos, verdades, y mi responsabilidad ante todo lo que pasa, sin altanería y con mucho respeto a los demás, ya que no tendremos que usar máscaras, ni hablar de cuentos falsos, para caer en gracia con el mundo entero. ¡La mirada de tu ser oculto se muestra en tu hablar y andar!