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Los pescadores del Lago de Maracaibo denunciaron el aumento de los derrames petroleros que dañan sus lanchas y espantan a los peces. De mil 500 kilos semanales pasaron a conseguir 700. Al día “si tienen suerte” consiguen 40 kilos de liza. Para subsistir, las cabezas de familia como: Carolina Ledizona, de 46 años, debe vender chupetas, pepitos, durofríos y helados en las calles de San Francisco, Los Puertos de Altagracia o Punta de Palma.
La pescadora, habitante de San Luis, relató que la pesca se hizo cuesta arriba en los últimos meses porque al sacar las redes del agua solo consigue crudo mezclado con basura del Lago. Sus cuatro hijos comen una o dos veces al día gracias a los 10 mil o 15 mil de las chucherías porque el Lago ya no les provee lo que necesitan.
Hildary Nava, representante de los pescadores de Punta de Palma, indicó que todos dependen de la venta semanal, por eso se atreven a pescar en las noches ante la ausencia diurna de las corvinas, cangrejas y camarones, pero en cada jornada al menos uno de ellos sufre las consecuencias de la inseguridad.
Derrames
Los 18 frentes de pescadores que hacen vida en las costas del Zulia protestaron en las inmediaciones del Edificio PDVSA Miranda para exponer sus problemas y exigir a la Gobernación la limpieza oportuna del petróleo y el pago de los instrumentos de trabajo que perdieron por la contaminación.
Luis Soto, vocero del consejo comunal San Luis, informó que el ente petrolero les planteó entregar la limpieza del crudo a las alcaldías, acciones que rechazan ya que son puestos de trabajo que le corresponden a los pescadores desde hace 10 años.
Marcelo Monnot, presidente del Centro de Ingenieros del estado Zulia (Cidez), explicó que -de acuerdo a los estudios que manejan- al menos 250 barriles de petróleo se derraman en el cuerpo de agua al día y, según informes de PDVSA, hay al menos 600 fugas. Recordó que la Gobernación inició un proceso de limpieza de las orillas, pero el problema persiste ya que no se está atacando la raíz del conflicto lo que afecta en primera instancia a los pescadores.
Afectados
Olivero García, Pescador de San Luis. (74). “De mi trabajo dependen 24 familiares y como no hay forma de trabajar en el agua, tenemos que marañar”.
Maribel Soto, Hermana de pescador. (31). “A mi hermano lo mataron para quitarle la lancha el 6 de enero y nadie dice nada sobre la inseguridad”.