Las víctimas salieron el pasado miércoles en la tarde desde Maracaibo para comprar una moto. Las primeras experticias indican que los occisos fueron sometidos y golpeados antes de ser tiroteados por los homicidas
El “Tato” (24) y Joel (25), conocido como el “Pito” salieron a buscar una motocicleta y nunca más regresaron. Los mataron, presuntamente, porque el primero no quiso entregar su Malibú gris. Sus presentaron múltiples disparos en la cabeza, en el pecho y los brazos. Los hallaron en una zona enmontada del sector Cerro de Cucurucho, parroquia La Concepción, en el municipio Jesús Enrique Lossada.
Un grupo de hombres que caminaba con dirección al matadero El Milagro se topó con los cadáveres ayer a las 6.15 de la mañana. De inmediato llamaron a la Policía. El rumor del hallazgo de dos hombres asesinados corrió por cada esquina de la población hasta llegar a la casa de unos parientes de “Tato”, donde sus familiares estaban preocupados por su paradero.
Al llegar al sitio informaron que ambos amigos salieron el pasado miércoles desde el sector Los Altos, parroquia Francisco Eugenio Bustamante de Maracaibo, el pasado miércoles en la tarde. Ambos verían una moto que pensaban con comprar. Iban en el preciado carro de “Tato”, el cual contaba con rines de lujo, un equipo de sonido de última tecnología y cornetas de alta capacidad.
Emboscados
Tras un arduo recorrido, la Policía científica llegó al sitio en el que encontraron a los amigos. Tras levantar la escena del crimen, iniciaron un rápido interrogatorio a los familiares de la víctima para saber lo que pasaba. Como el carro no aparece por ningún lago, los investigadores presumen que están delante un caso de resistencia al robo.
La hipótesis que manejan es que las víctimas fueron emboscadas por los mismos quienes vendían la moto. Las primeras experticias indican que los occisos fueron sometidos y golpeados antes de ser tiroteados por los homicidas. Además de cargar con el carro de “Tato”, los victimarios se llevaron una importante cantidad de dinero que él tenía para concretar el negocio.
Trascendió que Joel trabajaba como comerciante. Dejó tres hijos, entre ellos un bebé de cinco meses. Los parientes no pudieron aclarar cuántos años de amistad tenían el “Pito” y el “Tato”.