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El chavismo en el poder ha exhibido varias caras, primero la desprendida de un Chávez del 98, humilde, sencillo, con la que consolidó una empatía social muy elevada. Luego, pésimamente asesorado (todo indica que por sus pares cubanos) se transformó en un ególatra hambriento de poder, de control. Hoy por hoy es solo un régimen aferrado al control de la institucionalidad del país, desconectado de lo que realmente necesita Venezuela.
El chavismo rápidamente se convirtió en la máxima expresión del populismo latinoamericano, contó con la suerte cimera de coincidir con el boom petrolero más alto y sostenido de la historia, ello le permitió diseñar un conjunto de políticas bajo la fachada de “sociales” que asisten a las clases más necesitadas, teniendo como característica transversal la no superación de la pobreza, al contrario ¡la fomenta! con el fin de poder dominarlas, en primera fase electoralmente y, en una segunda fase (en pleno desarrollo), intentando hilvanar un mínimo de apoyo para sustentar sus actos.
Al irse el boom petrolero el chavismo se desmoronó, ahora se encuentra estructurando su segunda etapa ¡el nazismo! enarbolando elementos nacionalistas, socialistas, a nombre de una revolución de la que solo sus élites se lucran, mientras obligan al pueblo a comer por bolsas, no solo las ominosas CLAP, sino de las bolsas de basura como ya es lugar común observar familias enteras haciéndolo a lo largo del país.
La criminalización, persecución y detención de la disidencia, de sus partidos y especialmente de los líderes que resulten una “amenaza” a las élites gubernamentales, tal es el caso de Leopoldo López, Antonio Ledezma y otros más. Igualmente, el control absolutista de las instituciones del Estado, quienes pasan a convertirse en los aliados protagónicos del régimen, cuando la Constitución estorba estas instituciones la “interpretan” dándole un forzado manto de legalidad a los actos más inconstitucionalmente imaginables.
Lo que causa más estupor, es la exacta coincidencia propagandística (los principios de Joseph Goebbels): mantener ocupado o distraído al pueblo con constantes cadenas y actos meramente protocolares. La manipulación de las cifras y estadísticas oficiales; la simplificación del enemigo; la vulgarización del discurso; la silenciación de las noticias, entre otras. El chavismo reavivó el populismo superado en América Latina, ahora junto con el Gobierno de Nicaragua parecen estar proponiendo el nazismo latinoamericano, ¿podrán?