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La sed de justicia y el temor se combinan en la familia de Kelly Paola Pereira Cueto (21), quien fue asesinada por su novio, Iván Darío Huerta Restrepo, el 31 de octubre de 2016. Al exfuncionario de la Policía de San Francisco lo encarcelaron en la sede de la subdelegación Paraguaipoa de la Policía científica. Ayer, un tribunal cambió de decisión y lo trasladaron a unos calabozos en el sector Amparo de Maracaibo.
“Tenemos miedo por nuestra familia. Ese homicida está a un kilómetro de donde vivimos”, denunció Mabel Franco Cueto, madre de Kelly. Quien aseguró que sus vecinos lo vieron ayer, a las 2.00 de la tarde, deambular libre.
Tras cuatro meses de proceso judicial y cinco audiencias diferidas, aún no hay sentencia sobre el acusado. Le imputan los delitos de feminicidio agravado y uso indebido de arma orgánica.
“Lo trasladaron desde Paraguaipoa a Maracaibo y no sabemos qué cuerpo legal emitió la orden”, manifiesta Jacqueline Franco, tía de la víctima. Asegura que la jueza encargada del caso, en el Tribunal 3.° de Control, les comunicó que su despacho no estaba al tanto de esa orden. “Ni la Fiscalía ni el Tribunal emitió esa orden”.
Sobre el homicida pesan unas cinco órdenes de traslado previas. Todas fueron rechazadas, según la progenitora. Huerta exige a la Fiscalía que sea trasladado al centro de reclusión de Polisur, organismo del cual era oficial.
“Tenemos pruebas que indican que él fue el único implicado en el asesinato de mi hija”, comentó Franco. Planean presentar sus alegatos en la próxima audiencia, diferida para el 23 de marzo.
Ambas familiares afirman que Huerta está “apadrinado” por un funcionario de Polisur y que tiene vínculos para que aún no haya una sentencia en su contra.