María
Hasta 20 horas pueden pasar Diego Andrés, de cinco años, Yulimar Andrea, de tres y Camila, de cuatro meses, sin llevarse nada a la boca. Deben esperar que su madre, María Malpica, pida en la calle para “resolverles la primera papa”. Pero ayer, a María le dieron una buena noticia.
Camila, su hija de cinco meses, tiene una hernia umbilical que cuando llora se infla. Una vez que La Verdad publicó el caso de esta mujer y de sus hijos, la Gobernación del estado Zulia se encargó de la situación y los llevaron hasta el Hospital de Especialidades Pediátricas, donde los atendieron.
A María, Camila y a su otra hija, Yulimar, de tres años, les hicieron una evaluación médica y los médicos dirán en 72 horas la fecha en la que será intervenida la hernia de la bebé. “Primero tenemos que esperar que pase la gripe y tos. Ambas niñas tienen gripe y así no las podemos atender, pero ya se les entregaron los medicamentos y leche”, informó Jhaneth Bohórquez, gerente médico del Hospital de Especialidades Pediátricas.
Hace dos días, María contó: “Lo que más me cuesta conseguir es el desayuno y el almuerzo, porque cuando llega la hora de la cena ya he recogido algo, pero vaina, a veces es difícil porque la gente no me da. Cuando es así lloran mucho porque si no como, tampoco me sale nada de la teta y la bebé me llora mucho y se le pone peor la hernia”.
Ríchard Hill, secretario de Salud de la Gobernación del Zulia, declaró que la hernia de Camila es grande, pero no es peligrosa. “En el Hospital de Especialidades Pediátricas se operan ocho mil niños al año y se atienden más de dos mil cada día. Nosotros al ver cualquier situación de este tipo, damos respuesta. El gobernador Francisco Arias Cárdenas y la primera dama, Margarita de Arias, inmediatamente nos dijeron que atendiéramos el caso. Todos los niños son prioridad y estamos para atenderlos a todos”.
Comentó que las hernias de gran tamaño “son poco probables de que se compliquen, cosa que sí pasa con las de menor tamaño. Se les está atendiendo a todos y se les entregaron los tratamientos. Incluso se está brindando apoyo a la mamá”.
La vida de María
“Agradezco a los del periódico y agradezco a todos los que me metieron la mano. También agradezco al gobernador por haberme atendido”. Así dijo María, ayer, en medio de la atención médica que les dieron a ella y a sus dos hijas menores. Su tercer hijo, Diego, que tiene cinco años, estaba en el colegio.
Esta mujer vive en Santa Rosa, en la casa de su abuela. “Ahí viven tres tías. Mi mamá y yo vivíamos en un cuarto, pero desde que ella se me fue, mis tías me botan. Ya me dijeron que me fuera porque eso no era mío, no sé qué voy a hacer, estoy desesperada”.
La mujer no cuenta con el padre de sus hijos, se llama Luis Silva y vive en Los Puertos de Altagracia. Dice que “a veces” le da cuatro mil bolívares, “pero eso no es siempre”.
“Yo me dejé de Luis porque quería que yo me fuera con él para Los Puertos, pero era muy violento y varias veces me quiso pegar, así que yo le dije que no y él se fue, yo me quedé con mi mamá, pero desgraciadamente se me murió”.
Yuly Medina falleció como consecuencia de un accidente cerebrovascular hace dos años, el mismo tiempo que su hija y nietos sufren por conseguir algo que les calme el hambre y la desdicha.
Ríchard Hill, secretario de Salud de la Gobernación, dijo que el Departamento de Desarrollo Social de la Gobernación hará la visita y el seguimiento al caso de María y sus hijos para atender sus necesidades.
Peligro
La noche es la enemiga número uno de la pequeña familia que deambula de local en local buscando comida. Esta semana, mientras caminaba por la avenida Bella Vista para llegar a su casa, María fue atacada por una indigente que pretendía robarla. “Tuve que fajarme con ella porque me quería robar los tres mil bolívares que hice”. En el forcejeo, Camila se golpeó la cabeza.