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La locura de constituyente que ha planteado el dictador Maduro va a ser enfrentada en la calle. Todos los ciudadanos debemos tener claro que se trata de la consumación definitiva del golpe de Estado. Lo que plantea el irresponsable y cínico de Nicolás es convocar una Constituyente comunal que no existe en la Constitución, cuyos integrantes serían designados por sectores vinculados a ese “poder popular” que es controlado por el dictador. O sea, serían elecciones en las que solo participarían ellos, como en Cuba.
Esa propuesta es un acto de cobardía producto de la conciencia del desprecio popular. Desde la aplastante derrota que sufrieron en las elecciones de la Asamblea Nacional, han decidido darle una patada a la democracia y por eso han proscrito el voto universal, directo y secreto, impiden el libre funcionamiento de la AN, la realización de un referendo revocatorio y las elecciones regionales.
Ahora, huyendo hacia adelante, pero con un precipicio en frente, intentan hacer ese bodrio que no es la constituyente prevista en nuestra Carta Magna, sino un fraude que de concretarse, acabaría con la democracia y con el todavía por realizarse Estado Federal Descentralizado. En el camino hacia ese despropósito disolverían la AN, a la cual el dictador califica de podrida quizá midiéndola con su propia consciencia.
Si tenemos claro que la que propone Maduro no es la constituyente prevista en la Constitución y que lo que busca es elegir una constituyente de adeptos para seguir destruyendo la democracia, el voto, la calidad de vida y en general al país; tenemos la obligación de actuar y salir con más fuerza a la calle.
Nosotros hemos exigido elecciones, la apertura de un canal humanitario de medicinas y alimentos, la libertad de los presos políticos, el desmontaje de los grupos paramilitares armados por el régimen, el respeto institucional a la AN electa por el pueblo y nada de esto se atiende. ¿Qué nos queda? Profundizar nuestra acción de protesta pacífica. Seguir ejerciendo presión interna e internacional.
Maduro promueve con su actitud una guerra civil, porque sabe que los ciudadanos que formamos la mayoría de este país, no vamos a permitir que se acabe la democracia y la libertad y eso incrementará la represión, la persecución y la muerte. Los venezolanos no tenemos otra opción que ejercer nuestro legítimo derecho a la rebelión. Nuestra lucha tendrá sus frutos porque Venezuela merece vivir en democracia, en paz, en libertad y en progreso.