Luisa Ortega Díaz sería el puente en un proceso de transición en el país que llevaría del régimen autoritario al democrático. Luis Salamanca considera que puede recoger los mercados electorales de la MUD, los ni ni, el chavismo descontento y los adeptos al PSUV
Desde las sentencias 155 y 156 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que despojan a la Asamblea Nacional (AN) de sus competencias y elimina la inmunidad a los diputados, Luisa Ortega Díaz, fiscal General de la República asomó su primer desacuerdo con el dominio que el Gobierno ejerce sobre los poderes públicos.
Desde entonces, la funcionaría que tiene entre sus deberes ser garante del Estado de derecho y de la legalidad de los procesos judiciales en Venezuela, emprendió una serie de acciones en contra del Gobierno enmarcadas en eliminar la propuesta de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) presentada por el presidente Nicolás Maduro el 1 de mayo.
La fiscal primero introdujo ante el TSJ un recurso para la suspensión de la constituyente con el que instó a los ciudadanos a adherirse y el cual fue declarado inamisible. Además, solicitó a la misma instancia la desincorporación de los 33 magistrados del máximo órgano judicial y lo último requirió eliminar la inmunidad de los jueces para que sean investigados y sometidos a un antejuicio de mérito.
Aunque para Luis Salamanca, abogado y politólogo, los recursos que está introduciendo la fiscal tienen todas las probabilidades de que no logren su cometido, en medio de toda esa situación considera que Luisa Ortega Díaz está formando un proyecto político y cobrando liderazgo nacional, y que todas estas acciones contra el Gobierno la perfilan como alguien que puede pensar mañana en una candidatura presidencial que salga del chavismo.
Destaca que la fiscal surge de sorpresa vinculada con una “injusticia constitucional” y desarrolla un trabajo en el que va ganando adeptos, lo que – a su juicio – puede significar que sea una “figura puente” en la transición, que une el pasado con el futuro y que lleva del régimen autoritario al democrático.
“Debe apurarse porque la pueden sacar del juego, del poder institucional que tiene, pero una vez que se lo quiten ella quedaría libre como para plantearse una acción política organizada, creo que eso puede venir, una figura puente pero también puede ser una candidata presidencial o una lideresa política”.
El profesor universitario de Derecho Constitucional, señala que esto le plantea a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) unos desafíos, porque hasta ahora nadie le disputa su espacio. “Ella (la fiscal) vendría a recoger al chavismo descontento y decepcionado, y sería una guía porque defendería el legado de Hugo Chávez y arrastraría a un monto de gente del PSUV, que dejaría al partido en terapia intensiva y el Gobierno asumiría definitivamente el autoritarismo”.
Precisa que iría por el mercado electoral de la MUD. “Los ni-ni que esperan una tercera opción, el chavismo descontento y arrastraría a militantes del PSUV. Ella (la fiscal) está formando un proyecto político”.
Salamanca aclaró que la fiscal no es de oposición, porque sus acciones están motivadas en defender el legado de Chávez.
Por preservar el chavismo
Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad, de la Defensa y la Fuerza Armada Nacional, afirma que la fiscal actúa en la dirección de preservar la sobrevivencia del chavismo.
No concuerda en hacer competir a la funcionaría con la oposición, pero resalta que sin duda el movimiento estratégico más importante que se está dando en términos políticos en Venezuela en este momento es el de la lucha de poder dentro del Estado que tiene que ver con la Fiscalía, la presidencia de la República y el TSJ.
Sin embargo, reconoce que la constituyente la puede frenar una buena parte del alto mando político militar que gobierna el país, pero eso depende del valor que tengan para hacerlo.
Al consultarle si la oposición perdió la oportunidad de liderazgo ante la posición que tomó la fiscal, subraya que está claro que la posibilidad de una transición en Venezuela solamente es viable con una parte del chavismo democrático que pueda aliarse con factores de la oposición. “La constituyente está haciendo el milagro de unir a chavistas y opositores, eso no tiene precedente en los últimos 18 años en el país”.
Negociación obligante
Rocío San Miguel, experta en temas militares, informó que dentro de las fuerzas armadas vienen anuncios y nombramientos en los próximos días que a su criterio serviría para depurarla. No obstante, la posibilidad de iniciar una transición en el país solamente puede darse a su modo de ver, por la vía de una solución negociada, “con solo pueblo en la calle, con solo Fuerza Armada Nacional” no será posible esa transición, hay que pensar en la posibilidad de construir una salida negociada para la crisis en el país. “Es difícil para los políticos conciliar la simultaneidad de calle con diálogo y negociación pero las historias del mundo nos demuestran que en algún punto de los conflictos la negociación es obligante”.