Los
José Castellanos era chofer de la ruta La Limpia, esta labor la pudo cumplir hasta hace apenas unos días, luego de que unos hombres le quitaran su vehículo a mano armada. El miedo que lo invadía día a día cuando salía a buscar el sustento de su familia se hizo realidad y ahora vende café por toda La Curva de Molina para llevar algo de dinero a su hogar, donde lo espera su esposa y dos hijos, de los cuales uno convulsiona y tiene ligero retraso mental.
Mientras que el joven, de 29 años, se lamenta de su situación, a solo unos metros están sus antiguos compañeros con las unidades de transporte trancando el sector para denunciar la “quiebra” del transporte público. Rubén Esis, vocero del Directorio Único de Transporte del estado Zulia (Dutrez), comentó que desde las 6.00 de la mañana las rutas del oeste decidieron cerrar la arteria vial para hacerse sentir. “La caída tan aparatosa del servicio por la situación económica ha hecho que desaparezcan todos los productos y rubros del sector automotriz influyendo de manera directa en las unidades del transporte”.
Esis reiteró que no existen baterías, cauchos o repuestos accesibles y se perdió el control de los precios que “aumentan a diario hasta mil por ciento”. Todo ello según el vocero, hace que sea imposible el mantenimiento preventivo y correctivo de las unidades que se fueron a pique. “Las pocas que quedan son chatarras. Los compañeros solo pueden salir a trabajar un momento porque necesitan llevar algo de comida a su hogar. Perdimos la razón de ser y no podemos prestar un servicio, sino tratar de subsistir”.
Colapso y caída
La paralización de al menos cinco horas de los transportistas, ocasionó que un “mar” de usuarios caminaran largos tramos para abordar otra unidad o recurrieran a los mototaxistas del lugar, quienes frente a la situación decidieron aumentar las tarifas hasta 500 bolívares. Durante la protesta, los manifestantes se quejaron de la inseguridad que “acogota” al transporte público y del que las autoridades “han hecho caso omiso”.
Las aguas blancas y negras que recorren las carreteras en varios puntos del estado, no pasaron por alto en medio de los reclamos y los choferes reiteraron que estas destruyen la vialidad y acentúan “la crisis”. Erasmo Alián, presidente de la Central Única de Transporte del Zulia, aseveró que son uno de los sectores más afectados y solo está operativo el 25 por ciento de las unidades en todo el estado. “Pedimos a los tres niveles de Gobierno que nos atienda. Si no hay respuestas seguiremos tomando acciones. Este año nos pronunciamos cuatro veces en La Curva, que es una de las zonas más críticas. La realidad es triste y estamos trabajando a media máquina”.
Para José y su familia, los ingresos se “vinieron” a pique y aunque ahora pase más de 12 horas “pateando” la calle, solo le alcanza para “medio” subsistir. “Quiero volver a ser chofer porque me gusta y es lo que nos permitía comer. Estoy de acuerdo con las protestas y queremos respuestas”.
Los profesionales del volante aseguraron que vendrán otras acciones pacíficas y no descartan un paro general, la toma del Puente Sobre el Lago, aeropuerto o instituciones públicas. “No buscamos afectar a la colectividad, sino alzar la voz para tratar de mantener activo el servicio”, remató Esis.
Acuerdo de tregua
Los transportistas asistieron a una mesa de trabajo con representantes de la Gobernación, Hidrolago, PDVSA y Fontur. Jairo Ramírez, secretario de Infraestructura de la región, comentó que acordaron establecer una nueva metodología que garantice la distribución de insumos y repuestos a la mayor cantidad de transportistas y aseguró que articulará con PDVSA la instalación de los dispositivos para optimizar el equipamiento de combustible para los conductores.