Señor
Quien crea que ha visto todo en cuanto a las excentricidades de Nicolás Maduro en su desespero por levantar un poco de vuelo ante su demasiada maltratada imagen en su desempeño como presidente de la República, con márgenes que supera el 90 por ciento de rechazo de la opinión pública venezolana, está equivocado.
Ya lo hemos visto tocando tambora en algunos saraos rojos a los cuales ha asistido, ha bailado salsa con Cilia. Suelta groserías queriendo aparecer simpático, dice disparates, extraña a la Radio Rochela olvidando que ese programa le fue quitado a los venezolanos por su padre putativo, Hugo Chávez, cuando cerró a RCTV y se apropiaron o robaron su plataforma tecnológica para sacar una nueva estación (TVes muy mal). Todo en función de tratar de recuperar su imagen pública, pero nada le sale bien. Cada vez el rechazo del pueblo crece exponencialmente.
Fue capaz de crear un viceministerio para la Suprema Felicidad del Pueblo que fue recibido por los venezolanos como una verdadera mamadera de gallo en momentos cuando arreciaba la crisis económica.
Ahora nos viene con el Plan Chamba Juvenil con asignación de unos miserables 70 mil bolívares en una búsqueda desesperada de ganar simpatías en el sector de la población que más lo rechaza y desprecia, pero al mismo tiempo informa a la nación de la incorporación de 40 mil nuevas plazas para jóvenes como guardias nacionales para que vayan a reprimir y matar a sus propios contemporáneos cuando salen a ejercer el derecho constitucional de la protesta.
Señor chofer Maduro, los jóvenes venezolanos no necesitan ninguna chamba para sobrevivir al desastre que usted ha creado. Los jóvenes necesitan un gobierno emprendedor y creador, esencialmente democrático, respetuoso de los derechos humanos, promotor del desarrollo, apegado a la Constitución y las leyes, que les garantice un futuro cierto y no tengan que emigrar a otros países en búsqueda de oportunidades como los más de dos millones que conforman la diáspora venezolana.
El Presidente es un ser bien tozudo que no se percata de su triste realidad como mandatario a quien para nada quiere el pueblo de Venezuela.
Será que no analiza por qué habiendo anunciado el carnet de la fulana patria o carnet del chantaje número catorce millones, la presunta entrega de la vivienda un millón 500 mil, a los venezolanos eso le sabe a chocolate y lo que desean e imploran es que Maduro deje la presidencia o permita que lo saquen a punta de votos democráticos
Hágale un gran favor al país, Presidente. Renuncie.