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En el centro de la ciudad, una importante cantidad de personas se desplazan, mientras que en las paradas aguardan las unidades de transporte público en las que se puede notar el costo del pasaje en cada uno de sus vidrios.
Ramón González, fiscal de una de estas líneas que hace vida en el casco central, comenta que hasta ahora no han tenido problemas y a pesar de que muchos choferes deciden callar, está al tanto de su descontento. “El pasaje debe costar mil bolívares porque esto no alcanza para nada. Están inconformes, pero se ha cobrado lo que es”.
Sin consenso
Desde que salió de su hogar, ubicado en Pomona, Álex Pacheco no ha “sufrido” los abusos de algunos profesionales del volante que se valen de la coyuntura y “exprimen” a los usuarios. “Me parece que es un precio justo porque ellos tienen sus necesidades, pero a nosotros el dinero tampoco nos alcanza para nada”.
Los choferes “entienden” a los usuarios, pero alegan que el costo del pasaje “no sirve para nada”. Sus peticiones “justas” varían entre los 600 y mil bolívares. Javier Martínez espera en la parada de Bella Vista que alguien aborde su unidad a pesar de que le han “sacado la madre” y llamado ladrón. “Tenemos nuestro tabulador legal y estamos cobrando por nuestro trabajo”.
Para los marabinos, el tema del pasaje se hace espinoso y los puntos de encuentro casi nunca coinciden. Railmeralis Rujano, residente del sector 18 de Octubre, señala que ha pagado lo legal, pero lo “justo” sería un poco más. “Si nos ponemos a ver, es mucho tomando en consideración nuestro bajo sueldo, pero es poco si tomamos en cuenta el precio que deben pagar por los cauchos y repuestos”, sentenció la marabina.