Minimizar
El régimen encabezado por Nicolás Maduro quiso darse un baño de santidad, misericordia y buena voluntad al otorgar la madrugada del domingo 7 de julio, una medida de casa por cárcel a Leopoldo López (no solicitada por el preso político). Con esta jugada política, se pretenden conseguir al mismo tiempo, varias cosas que resumo en las siete más importantes y que menciono sin orden de jerarquía:
Minimizar el impacto negativo del salvaje asalto a la Asamblea Nacional ejecutado esa misma semana por parte de grupos oficialistas, planificado directamente por la cúpula madurista y tolerado y consentido por la Guardia Nacional Bolivariana.
“Enfriar la calle”, indicando a la población descontenta y protestataria que el emblemático preso político está medianamente libre, disfrutando de su esposa y de sus hijos.
Darle un matiz de legitimidad a los cuestionados magistrados exprés de Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y en particular a su presidente Maikel Moreno, quien fue el autor de la decisión.
Promover por enésima vez el tan cacareado “diálogo” con los factores de la oposición, argumentando que así sea tardíamente, el régimen está cumpliendo con la liberación de los presos políticos.
Impedir acciones concretas que lleven a la consulta popular convocada por la oposición sobre la permanencia en el poder de Nicolás Maduro y la viabilidad de la Asamblea Nacional Constituyente.
Generar un ambiente confuso, de tierra movediza, de cuestionamiento sutil sobre si en la liberación de Leopoldo López, hubo o no negociación con el líder opositor o con todo o parte de la oposición, con lo cual podría promoverse un ambiente de división en la MUD.
Enviar el mensaje a la población que todo desenlace a la crisis política del país (como si la medida favorable a Leopoldo fuera “la” o “una” solución) deba solamente pasar por las decisiones de Maduro y su cúpula.
Como en el juego de billar, con una sola jugada el régimen se quieren impactar varias bolas, cambiar el panorama de la mesa de juego, cantando “carambolas” y avanzar en un escenario favorable a la permanencia de la cúpula madurista en el poder, vía la ANC cuya elección está prevista para finales de este mes. Esto es una jugada políticamente impecable del régimen, conociendo además de naturaleza perversa y malévola.
No obstante, hay realidades y percepciones a mi juicio ya consolidadas en el ambiente político que atentan contra el (los) efecto(s) deseado por el régimen: (a) Ha existido mucha crueldad, ensañamiento, violencia y premeditación en contra de la población pacífica que ha salido a protestar para asumir que esta medida “humanitaria” a favor de Leopoldo puede borrar esa crueldad (b) Hay muchos presos políticos en las mismas o peores condiciones que Leopoldo, a lo cual el régimen ni atiende ni atenderá (c) La legitimidad de los magistrados del TSJ ha sido cuestionada de manera impecable por la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz y por brillantes profesionales del derecho y además, por las descabelladas decisiones, siempre a favor del régimen que el TSJ les ofrece en bandeja de plata, como recetas a cada una de sus necesidades y apuros (d) La muerte de los jóvenes luchadores ha marcado a la población de manera muy determinante y estas luchas no pueden quedar impunes ni olvidadas ni cedidas por la libertad de Leopoldo (e) Hay una convicción de la dirigencia opositora y de la ciudadanía que esta lucha que lleva más de 100 días de intensificación de las acciones, debe tener un desenlace a favor de la libertad, del restablecimiento de la democracia y por medio de un proceso de transición que ya para muchos (entre los que me incluyo), se comenzó a gestar.
Como en el juego de billar, faltan aún muchas jugadas de parte y parte, hasta que cada una de las bolas, caiga en su respectivo hoyo.
Mientras tanto, Leopoldo tiene casa por cárcel.
El régimen por el contrario, tiene la cárcel segura, en su propia casa. Es el régimen el que está ahora, cada vez más acorralado.