
El pasajero promedio gasta el 43 por ciento del salario mensual en transporte público. Los usuarios deben esperar hasta una hora y media para abordar una unidad. El cuarto aumento del año está previsto para este mes, los transportistas ya fijaron su petición en 400 bolívares el pasaje corto y 600 para el largo. Esperan por el IMTCUMA
Hacer cuentas a final de mes para organizar la economía y dividir los gastos del hogar obliga a los marabinos a tener en cuenta el transporte público. Cada quien debe "apartar para los pasajes diarios" que le permitan dirigirse a su lugar de trabajo. El usuario que tome un autobús y un carro por puesto con ruta larga de ida y vuelta a casa invierte el 43 por ciento de su salario mínimo mensual.
Es de vieja data que el gremio de transporte use "la mala situación económica" para pedir ajuste en sus tarifas, las mismas que hasta el 2015 se revisaban dos veces al año. A partir de 2016 la "presión" ejercida por la dirección de transporte de la ciudad llevó al Instituto Municipal de Transporte Colectivo Urbano de Pasajeros de Maracaibo (IMTCUMA), aprobar tres aumentos, mientras que en lo que va de 2017 esa cifra está a punto de ser superada con cuatro ajustes.
El pasaje corto en la modalidad carro por puesto y autobús y minibús subió 200 por ciento en los últimos ocho meses. Mientras que el trayecto largo se elevó, con el último ajuste vigente desde el primero de julio, en 307 por ciento. Este año los profesionales del volante basan sus peticiones en los reiterados aumentos salariales aprobados por el presidente de la República Nicolás Maduro, que en 2017 ya suman 150 por ciento y que ellos persiguen igualar en busca de "la equidad". Sin embargo, al comparar ambos porcentajes la brecha entre el salario mínimo y el aumento del pasaje actual deja un 157 por ciento restante a favor del gremio del volante y desnuda su teoría.
El aderezo
Las 180 rutas de transporte público de la ciudad anunciaron su muerte el pasado junio. Solo el 10 por ciento del transporte público se mantiene activo en la ciudad de manera intermitente, lo que hace cada vez más largo el tiempo de espera del usuario para poder abordar la unidad. Los cálculos son de entre 40 minutos hasta una hora y media. Ese es el tiempo que invierte un usuario promedio en el casco central de Maracaibo en fila india, esperando carro por puesto, mientras que los que sí pueden irse en autobús, se van un poco más rápido, pero se enfrentan a otro escenario que incluye atracos, incomodidad y contaminación sónica.
El malestar en las colas es general, porque aunque el pasaje aprobado es de 300 bolívares para el corto en carro por puesto y autobús y 400 para el largo, los choferes cobran 400 corto y bus y 600 el pasaje largo, desobedeciendo la ley. Aunque el IMTCUMA mantiene sus fiscales en la calle, para evitar el abuso al pasajero, esto no le impide a los choferes cobrar el exceso que en las horas picos y fines de semana se excede en mil y hasta dos mil bolívares.
Todo esto ocurre en las narices de los efectivos de la Policía regional y municipal, ambas dependientes de la Gobernación del Zulia, que hasta el momento no levantó ninguna sanción al respecto.