Líderes y pueblo

Lo importante de un valor no es lo que los hombres dicen, sino lo que hacen. Son muchos los muertos y no de ahora, muchos los presos y personas traumatizadas, que forman parte de los nuevos mártires nacionales

Es una semana difícil para escribir, debería poder hacerlo fácilmente, veo al Gobierno acorralado y resquebrajado, la única salida que encuentra es radicalizar la dictadura. De ahora en adelante, el aislamiento, las sanciones contra los violadores de derechos humanos y las presiones de gobiernos y organismos internacionales se harán sentir.

Lo primero que debemos tener claro es que un líder no es un patrón, ni el pueblo sus empleados. Venezuela cambió, se han cometido errores terribles en la búsqueda de un nuevo modelo político, pero es seguro que no se quiere volver al pasado.

Dividirnos sería lo peor, justo ahora que percibimos la salida del túnel, en este caso la mayor responsabilidad es de los dirigentes, los demócratas tienen la obligación de explicar y tomar en cuenta las opiniones de los hombres y mujeres que aspiran conducir.

Necesitamos coherencia, tenemos años pidiendo que la Fuerza Armada cumpla el mandato constitucional de defender la patria. ¿Quienes trabajan en eso?, ¿existen enlaces?, espero que sí, aunque comprendo que no es un tema que pueda tratarse públicamente.

Ciertamente va siendo hora de que un frente amplio y unido, le dé la estocada final a la dictadura castrista instalada en Venezuela. El líder del siglo XXI, asocia competencias políticas, humanas, sociales y profesionales, con el fin de beneficiar al país, con todo el potencial que existe entre sus ciudadanos.

La solidaridad es un valor moral, que define al hombre bueno. Lo importante de un valor no es lo que los hombres dicen, sino lo que hacen. Son muchos los muertos y no de ahora, muchos los presos y personas traumatizadas, que forman parte de los nuevos mártires nacionales. No habrá suficientes calles, represas o puentes en Venezuela para bautizarlos con sus nombres, como acostumbrábamos en el pasado.

Ir o no a unas elecciones regionales es solo cuestión de estrategia, no es el objetivo de la lucha, si no podemos explicar por qué aplicamos una estrategia, nuestro liderazgo está en entredicho. Sin embargo, la solución no es dividirnos, ambos lados tienen la responsabilidad de no hacerle el juego al régimen.

Dentro de la MUD hay desconfianza, por eso falta cohesión, probablemente los eternos problemas de intereses partidistas juegan un rol. Pero insisto, el problema principal es no poder llegar a un consenso cuando se asumen determinadas posiciones. La época de imposiciones pasó, por eso la gente está en la calle… me temo que perder la calle, sería perder al pueblo.

Visited 5 times, 1 visit(s) today