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“Mi arma es la cámara y el ojo. La línea de alerta que no cruzo me la da el sentido común. No estás seguro en tu casa. Pueden matarte y nadie hará nada alrededor por temor a perder la vida”. Estas fueron las palabras del fotoperiodista, Rubén Espinosa, en su última entrevista sobre la libertad de prensa. Pocos días después fue asesinado en Ciudad de México.
El año pasado, 74 periodistas perdieron la vida. Más de la mitad de ellos murieron de forma violenta y deliberada, según el último balance anual de Reporteros sin Fronteras (RSF). Aunque suponga una cifra menor que la del ejercicio anterior, el número de periodistas encarcelados ha aumentado un seis por ciento.
Reporteros sin Fronteras (RSF) propone la creación de un “protector de los periodistas” para avanzar en la libertad de la información. Consistiría en la figura de Representante Especial del secretario General de Naciones Unidas para la seguridad de los periodistas.
“Hasta el momento, la adopción de numerosas resoluciones de la ONU relativas a la protección de los periodistas no ha dado resultados concretos”, aseguran desde Reporteros sin Fronteras (RSF) . Por ello persigue reducir el número de ataques contra los periodistas y la aplicación de la legislación internacional. La libertad de prensa se erige como un problema no solo para los regímenes totalitarios.
En su Manual de seguridad para periodistas, RSF aporta algunas pautas para ayudar a los profesionales a ejercer su profesión en zonas de riesgo. Estudiar la sociedad, política, sanidad y clima les ayudará a familiarizarse mejor con la zona que se va a cubrir. Es importante informarse de los permisos y acreditaciones necesarias antes de viajar. También se debe evaluar la capacidad física y psicológica de los propios profesionales. Asimismo, la humildad, la preparación y el sentido común se erigen como aspectos fundamentales para el desarrollo del trabajo a realizar.
El derecho a la libertad de expresión es un derecho humano y una libertad fundamental consagrada en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La muerte de un periodista supone un vacío enorme en el engranaje de una historia y una sociedad sanas. Sin periodistas, muchos territorios en conflicto quedarían sin descubrir, historias sin contar y rostros sin identificar.