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Funcionarios de la Policía Científica adscritos a la Brigada Contra Bandas liquidaron, ayer a las 3.30 de la madrugada, a Leonardo Enrique Montiel Morales (32), alias el “Culón”, en una vivienda del barrio 27 de Marzo, en el sector Los Planazos, al oeste de Maracaibo. El hombre era miembro activo de la banda Édwin Soto, mejor conocido como el “Mocho Édwin”.
Mediante entrevistas sostenidas con testigos y recorridos por los barrios de Maracaibo, los detectives del Eje de Homicidios de la Policía científica dieron con el paradero del sicario. Estaba enconchado desde hace tres meses en la casa de Thais Montiel, su madre.
El reloj marcaba las 3.00 de la mañana, cuando ocho funcionarios llegaron al sector, descendieron de las unidades de patrullaje y procedieron a recorrer a pie las adyacencias de la morada. En fracciones de segundo se escuchó la primera detonación, el “Culón” no estaba dispuesto a entregarse sin pelear.
Ante la arremetida del hombre, los oficiales “no tuvieron alternativa” y desenfundaron sus armas de reglamento contra él. En medio de la balacera dos proyectiles lo alcanzaron, así lo detalló un testigo, que prefirió no identificarse por temor.
El revólver Smith & Wesson calibre 38, que sostenía entre sus manos cayó al suelo arenoso. Todo había terminado. El muchacho se debatía entre la vida y la muerte, respiraba con dificultad.
Después de saltar la cerca de ciclón y romper la puerta de madera de la casa, los uniformados cargaron el cuerpo del criminal hasta una de las patrullas. En el Centro de Diagnóstico Integral de Los Mangos los médicos de guardia hicieron todo lo posible por estabilizarlo, pero su estado de salud empeoró minutos después y falleció.
Dolor
A las afueras de la morgue forense, la progenitora del hampón no podía contener su dolor, lloraba, gritaba y estrujaba sus manos con fuerza mientras observaba a la decena de vecinos que la acompañaban. “Yo sé que hay madres que dicen que sus hijos son santos, pero el mío no era un delincuente”, repetía una y otra vez.
Los quejidos de Thais sorprendieron al resto de los dolientes que venían a retirar los cadáveres de sus familiares, la miraban desde lejos y comentaban entre sí “que era una exagerada”. Un allegado a la familia, cuyo nombre no reveló, aseguró que los policías llegaron al barrio 27 de Marzo con el objetivo de matarlo.
Los parientes del muerto comentaron que los oficiales saltaron la cerca perimetral de la casa, rompieron la puerta a patadas y luego le pidieron a la madre del solicitado que saliera a la calle con su otro hijo y su nieto, de 11 años. Una vez fuera, escucharon dos detonaciones, presumen que en ese momento asesinaron al joven después de obligarlo a cambiarse la ropa que llevaba puesta.