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Lágrimas, silenciosos sollozos, y llantos desconsolantes llenaban el ambiente de la sala. Los más afectados por su muerte se mantuvieron junto a la urna, quienes sobrellevaron un poco más la pérdida yacían sentados en la recepción de la funeraria. Entre los espacios que separaban a las personas solo se escuchaban relatos y anécdotas de la empresaria, recuerdos de su buen trato con sus familiares, amigos y allegados; ninguno se podía creer que algo así le sucediera a una persona como Yajaira.
Luis Adolfo Bohórquez Arape, quien era su esposo, comentó que su cónyuge había salido, según las cámaras del Angus Grill, a las 10.16 de la mañana de ayer. Había llamado al personal de mantenimiento para limpiar y acomodar el restaurante. Luego de constatar que todos estaban allí y de haberle dado las indicaciones. Se dirigía hacia otro comercial, donde compraría el decorado de navidad para el local. Al llegar, se encontró el lugar cerrado, por lo que tomó una vía alterna a la acostumbrada para dirigirse a otro establecimiento.
Bohórquez, presume que los lardones la interceptaron 30 minutos después de haber salido. Agregó que Yajaira hablaba por teléfono con su madre en el momento en que los “tocavidrios” le atacaron. Escuchó todo lo que los ladrones le dijeron, los gritos de su hija, el alboroto que se formó dentro de la camioneta Toyota, modelo Sequoia, dorada, y el momento en el que la aceleró por efectos del nerviosismo que tenía.
Un oficial de la Policía científica ligado a la investigación, afirmó que los ladrones la golpearon con la culata de la pistola en la cabeza dos veces antes de dispararle de forma descendiente entre el cuello y el hombro derecho. Posteriormente huyeron en dirección al barrio Las Tarabas.
Oficiales del Cuerpo de Bomberos que asistieron al lugar trasladaron a la empresaria al Hospital Universitario de Maracaibo, donde los médicos de guardia hicieron todo lo posible para restablecer su estado de salud, pero murió a los minutos de ser internada en el complejo hospitalario.
Una comisión de funcionarios de la policía científica, tras labores de inteligencia, liquidaron en un enfrentamiento armado a Anderson, alias El Tiburón”. El segundo hampón, Carlos Luis Bustamante Parra, lo detuvieron minutos más tarde escondido en una cañada del referido sector.