Nicolás “el Grinch” Maduro

Atrás quedaron los tiempos en los que los aguinaldos le permitían comprar electrodomésticos, la ropa nueva para todo el año, e incluso en algunos casos para dar iniciales de carros y hasta casas si contabas con un buen trabajo

Se acerca diciembre, pronto se van a cobrar los aguinaldos, pero en lugar de sentirse un ambiente festivo, las calles de nuestra Venezuela lucen opacas, un aire de desesperanza se apodera de los hogares. La inflación desmedida, la falta de efectivo, y la escasez en algunos rubros, han robado la alegría de la navidad.

La hiperinflación desatada este año, donde los datos oficiales no existen, pero las cifras de todos los analistas e instituciones económicas coinciden en que superará el 1000 %, han destruido la capacidad de compra del venezolano, haciendo que los placeres típicos de la época decembrina se conviertan en lujos incosteables. Con el último salario mínimo decretado por Maduro (177.507 bolívares) solo se puede comprar dos panes de jamón, y con el salario integral (456.507 bolívares) ya no se puede comprar ni uno de los jamones de la famosa propaganda navideña donde salía la niña.

Atrás quedaron los tiempos en los que los aguinaldos le permitían comprar electrodomésticos, la ropa nueva para todo el año, e incluso en algunos casos para dar iniciales de carros y hasta casas si contabas con un buen trabajo. Ahora con las utilidades completas (si te pagan los 4 meses) no puedes ni comprar un jean nuevo para el estreno del 31. Los padres se angustian porque los precios de un juguete pueden llegar a millones de Bolívares, y los arreglos y mantenimientos a las casas quedaron como un recuerdo de una época que parece remota.

El incompetente en jefe, anuncia como una solución mágica un bono de 500 mil bolívares para un grupo de personas que tengan el carnet de la patria. Los que tenemos responsabilidades políticas y nos dedicamos a caminar las comunidades escuchamos expresiones como “ese bono no me alcanza ni para comprarle las pilas a los juguetes de los niños”. Los aumentos decretados este año alcanzan un 336 %, eso sería una excelente noticia si la inflación no escalara a los niveles antes mencionados.

A pesar de todo este panorama deprimente, en lo económico, la esperanza de un mejor porvenir se mantiene entre los venezolanos. Como a nuestro Libertador, la persistencia en la lucha por sacudirnos de la opresión, debe caracterizarnos. Tengamos unas felices navidades confiando en que el futuro nos depara un mejor porvenir y que está cerca el día que nos libremos de nuestro Grinch criollo. 

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