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El diálogo entre el gobierno y la oposición sigue posponiéndose. El 1 y el 2 de diciembre se perfilan como las fechas para el encuentro en República Dominicana, pero la falta de materialización de los encuentros anteriores mina en la desconfianza de la ciudadanía que duda que haya resultados. La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) considera que “hay agendas ocultas”. Líderes políticos como Antonio Ledezma, apuntan la necesidad de “replantear” las negociaciones, ya que todo pareciera ser “una parodia” hecha “a la medida” del sector oficial.
“Nadie le cree al Gobierno, tampoco a la oposición (…) porque tienen agendas ocultas (…) por la desconfianza en los actores se vuelve en una interrogante: ¿Qué va a pasar?”, dijo Diego Padrón, presidente de la CEV.
En entrevista con Unión Radio, el representante de la iglesia católica, afirma que el proceso se “ha desvalorizado” debido a esta misma desconfianza por parte de la gente. “Si no llega a mejorar la situación entonces volveremos a perder una ocasión muy importante para lograr la estabilidad del país y que alcancemos lo que todos deseamos”, agregó para luego reiterar que la única intención del Ejecutivo es mantenerse en el poder.
Desde España, Antonio Ledezma, exalcalde Metropolitano de Caracas, admitió que los encuentros son necesarios, pero de una manera “seria”, ya que esto es otra cosa a la “parodia que quieren hacer en República Dominicana”. Enfatizó que el Gobierno hace su propio diálogo, uno “a la medida”. Le preocupa que el proceso se corrompa y termine siendo “una mala palabra”.
Apuntó que “el diálogo hay que replantearlo”, como se ha hecho hasta ahora “ha sido un error”. Recalcó que “debe ser sincero y con resultados”. “Tenemos que rescatar la moral de una ciudadanía que ha sido pisada por una narcotirania”, apuntó.
Oswaldo Ramírez, analista político, expresó a este rotativo que para el ciudadano común no está claro qué quieren alcanzar. Afirma que parte de la desconfianza es porque el Ejecutivo se cree “todopoderoso” y no está dispuesto “a dar más poder a la oposición”, sino solo a ceder algunos espacios para “aparentar que hay democracia”.
No descarta que se den los encuentros, pero no cree que los resultados conduzcan a que el gobierno entregue poder, ya que a su juicio, “utiliza el diálogo para tratar de convencer a su adversario de que haga cosas en favor de ellos”.