Inoperativo 85 por ciento de la flota del transporte público

Los desmanes del 2017, hacen que el 2018 inicie con el pie izquierdo para los usuarios del transporte público en Maracaibo y buena parte de las unidades están en “cuatro bloques”. La flota inoperativa en la ciudad alcanza el 85 por ciento y paulatinamente dejaron de circular por las calles marabinas mil 700 autobuses y microbuses aproximadamente, y ocho mil carritos. De las rutas sub urbanas, solo el 45 por ciento de las unidades están activas

Las chirrincheras, camiones, vehículos particulares y trencitos, se convirtieron en el único servicio alternativo para paliar la crisis de movilidad. 10 por ciento de la flota de transporte operativa en la capital zuliana seria de este tipo, de acuerdo a gremialistas del volante y en las noches “prácticamente son las únicas que trabajan”.

Rubén Esis, presidente de la Central Sindical Noroeste de Transporte, señaló que el nivel de inoperatividad de la flota podría llegar hasta 95 por ciento en el primer trimestre. “Los principales problemas son la escasez de insumos, repuestos y altos costos. Los precios son inaccesibles y las tarifas no alcanzan para cubrir el mantenimiento preventivo y correctivo de las unidades”, aseguró el vocero. El precio de un caucho varía entre ocho y 45 millones de bolívares.

“Mil carritos y 300 unidades de transporte entre microbuses y autobuses, subsisten en la ciudad. Apenas representan el 15 por ciento de la flota total”

Sin frenos para el barranco

La falta de alumbrado público, pésima vialidad y colas para surtir combustible, también forman parte del panorama “desalentador” que afecta la prestación del servicio. La crisis, sin respuestas oportunas, ocasiona que cientos de personas caminen kilómetros a falta de trasporte o aborden las invenciones endógenas como las chirrincheras que, en mucho de los casos, marginan a las mujeres, niños, abuelos y discapacitados.

Los transportistas que fueron testigos de la paralización parcial o indefinida de sus vehículos, decidieron irse del país, dedicarse al comercio informal, piden muelitas (colaboración a sus compañeros) o “están pasando hambre”. Algunos de los choferes respetan lo estipulado en el tabulador, sin embargo, “pocos” cumplen las normas. Someterse a una tarifa en estas circunstancias es “declarar la muerte” del servicio, dice un vocero que prefiere mantenerse en el anonimato. “Los muchachos cobran según las circunstancias. Luego del aumento de salario decretado por el presidente es inminente que suba el pasaje. En los próximos días realizaremos los anuncios”, finaliza.

 

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