De los cuatro mejoradores de 150 mil barriles diarios c/u que se encuentran en la Refinería de Jose solo están funcionando 1 o 2 según distintas fuentes extraoficiales; en fin toda una serie de disparates que no aguantan el más mínimo análisis
El titular de mi artículo, obedece a los últimos disparates inventados por el régimen para obtener divisas, es decir dólares frescos, porque desde hace rato no hay, entre ellos figuran la supuesta criptomoneda Petro y el nuevo Dicom o sistema de divisas de tipo de cambio complementario, el primero murió al nacer porque su respaldo está garantizado por una reservas de petróleo probables, pero no extraídas en la faja petrolífera del Orinoco, cuyo mecanismo de certificación de reservas en su momento fue duramente cuestionado por expertos en la materia, por otro lado la tasa de recobro en esos yacimientos no va más allá entre el 8% y el 10% según especialistas, con la última tecnología de punta con la que se cuenta, es decir solo se puede extraer ese porcentaje de petróleo de esa área petrolífera.
Área petrolífera cuya zona de explotación siguen siendo los mismos 11 mil 593 Km2 del año 2002, de los 55 mil 314 Km2 de área total de reserva petrolífera, de crudos por cierto pesados y extrapesados cuyo precio por barril no son 55 dólares en el mercado internacional de hidrocarburos, el cual en supuesto negado, equivaldría a un Petro; así mismo si fuera posible en un supuesto negado en el corto plazo aumentar la producción de ese petróleo en la faja para ofrecerlo como garantía, no se tendrían los mejoradores para procesarlos, porque de los cuatro mejoradores de 150 mil barriles diarios c/u que se encuentran en la Refinería de Jose solo están funcionando 1 o 2 según distintas fuentes extraoficiales; en fin toda una serie de disparates que no aguantan el más mínimo análisis y por ello no quiero ahondar en el tema.
Por otro lado, la mencionada criptomoneda no sería minada, sino por un sistema de subasta, con lo cual caemos en los mismos fracasados sistemas de cambio anteriores, porque la respuesta es muy sencilla: señores no hay sistema de cambio que funcione si no hay, ¡cash!, es decir dólares líquidos, lo demás es un engaño, trampa ¡casa pendejos! como lo es el nuevo Dicom, según la cual una persona acá abre una cuenta en dólares para que le envíen remesas de divisas desde el exterior, para que entonces aquí el ente público encargado se los cambie por bolívares devaluados a una tasa de cambio oficial que seguro estaría muy por debajo del tipo de cambio real en el mercado, producto de la mega-expansión monetaria permanente que mantiene el Banco Central de Venezuela para financiar el déficit público del Gobierno y el flujo de caja de PDVSA, la cual por cierto cerró en 2017 con una producción según datos de la Opep (Organización de Países Exportadores de Petróleo) en un millón 621 mil barriles diarios cuando en el 2001 era de tres millones 400 mil barriles diarios.
En fin toda una sarta de disparates en la búsqueda de dólares que no hay, luego de haber mal administrado por decir los menos, más de 1,1 billones de dólares americanos en exportaciones y más de 120 mil millones de dólares ingresados por concepto de endeudamiento externo, sin contar la recaudación fiscal interna y su equivalencia en dólares, en fin, todo un mega-desastre económico consumado por una elite gobernante carente de todo lo mínimamente necesario para gobernar un país, pero por sobre todo de ética, patriotismo y visión progresista de lo que debe ser una nación moderna; que han terminado por quebrar el mercado de bienes y el de dinero, porque hay escasez de productos y de efectivo en bolívares y dólares, experiencia muy pocas veces vista en el mundo.