
Sergio Cabral, exgobernador de Río de Janeiro, fue sentenciado a 13 años y cuatro meses de prisión por haber adquirido joyas con el objetivo de lavar dinero conseguido de la corrupción
Sergio Cabral, exgobernador de Río de Janeiro, fue condenado por lavado de dinero, acumulando cinco sentencias relacionadas con la confabulación corrupta destapada en la empresa de petróleo brasileña, Petrobras.
El nuevo fallo dictado por el juez Marcelo Bretas, afirma que la culpabilidad del político se muestra de manera “bastante acentuada”.
Cabral ocupó el cargo de gobernador de Río de Janeiro entre 2007 y 2014. Fue sentenciado este viernes a 13 años y cuatro meses de prisión en régimen cerrado por haber adquirido joyas con el objeto de lavar el dinero conseguido de la corrupción.
“La magnitud de la red impresiona, sobre todo por la cantidad de dinero que se movió. En este caso fueron lavados más de cuatro millones de reales (alrededor de 1,23 millones de dólares) en apenas cinco operaciones de compra de joyas”, indicó el magistrado.
Las autoridades ubican a Cabral, que pertenece al partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB) que lidera el presidente brasileño, Michel Temer, como el líder de una confabulación que operó “en todos los ámbitos de la administración pública fluminense” y que se benefició de los desvíos ilegales que ocurrieron en el centro de Petrobras.
El ex gobernador, ya en prisión y con más de una decena de juicios penales aún por resolver, fue condenado otras cuatro veces, en las cuales sumó 87 años de prisión.
La más dura de las sentencias fue la que también determinó el juez Marcelo Bretas el pasado 20 de septiembre, cuando se le condenó a 45 años y dos meses de cárcel tras encontrarle culpable de los delitos de corrupción pasiva, lavado de dinero y asociación ilícita.
Adriana Ancelmo, esposa del exgobernador, también condenada este viernes a 10 años y ocho meses de cárcel por el mismo caso de las joyas, acumulando tres fallos en su contra.
Tras años de bonanza, el estado de Río de Janeiro, lleno de escándalos de corrupción, se ahogó en una crisis económica que llevó a decretar el estado de calamidad financiera poco antes de la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016.