
Desde el pasado sábado se instalaron consultorios móviles en donde los doctores Jiliveth Vílchez, Elvira Álvarez, Elvira Alvarado y Fran Lewis atendieron al menos a 127 niños de la etnia Yucpa
La Fundación Ojenke, Amigos del Indígena Hospitalizado, realizó el pasado fin de semana la primera jornada en la Sierra de Perijá, específicamente en la comunidad de Kirisha, a una hora del municipio Machiques. Migdalis Santiago, presidenta de la organización, junto con 30 voluntarios de distintas partes de Venezuela, se trasladaron hasta el lugar para llevar medicinas, comida, ropa y juguetes a niños y adultos. Todos quedaron agradecidos y complacidos con el gesto.
Desde el pasado sábado se instalaron consultorios móviles en donde los doctores Jiliveth Vílchez, Elvira Álvarez, Elvira Alvarado y Fran Lewis atendieron al menos a 127 niños de la etnia Yucpa. Además también hubo asistencia odontológica, peluquería y sala de vacunación para pequeños y adultos.
Dikatherina Rojo y Rosa Montoya, odontólogas, informaron que el mayor diagnóstico entre los más jóvenes fue gingivitis, mientras que en los adultos se encontró un alto índice de periodontitis. Escabiosis, enterocolitis, parasitosis, enfermedades respiratorias agudas, bronquiolitis y micosis dérmicas fueron los otros males que se hallaron.
Ese mismo día, al finalizar la jornada médica se preparó un sancocho, con el cual se alimentó a todos los habitantes de la comunidad, miembros de la Fundación Ojenke, doctores y demás personas que prestaron su colaboración.
Una mano amiga
Santiago explicó que, aunque el propósito de Ojenke no es hacer jornadas en la Sierra, tienen pensado hacer este tipo de actividades eventuales para así evitar enfermedades graves. “Es como una jornada de prevención, y así no se ven en la necesidad de acudir a los centros asistenciales de Maracaibo. Aún así, si llega a suceder, nuestro objetivo es tenderles una mano amiga y servir de canal para que puedan encontrar sus medicamentos y todo lo que les haga falta. Ellos muchas veces no hablan español y el paso por la ciudad se les dificulta”.
Pero no todo fue consultas y medicinas. Ojenke también llevó diversión y entretenimiento a los niños de Kirisha. Un gran inflable se dispuso en los terrenos de la comunidad para que los pequeños saltaran y gritaran como nunca lo habían hecho. Además, jugaron fútbol con los voluntarios y se dejaron pintar sus caritas con motivos alusivos a la naturaleza. La jornada culminó el domingo 18 con entrega de caramelos y ropa para todas las familias en el marco del Día del Niño Indígena.