Lamentablemente estamos ante la fuga de talento, quienes se dirigen a otros países ayudando a su respectivo crecimiento, esa población analítica que necesitamos para asumir nuestro propio desarrollo y fungir como generación de relevo. Considero que emigrar es una decisión trascendental de vida
La realidad del venezolano ha cambiado mucho en las últimas décadas. Históricamente fuimos un país con las puertas abiertas a los emigrantes que llegaban de todas partes del extranjero. Sin embargo, hoy en día nos hemos convertido en habitantes del mundo, en número cada vez más elevado que sigue en franco crecimiento.
Una de las razones de mayor peso, apartando el contexto social y político actual, es la incertidumbre en cuanto a un porvenir inseguro y la falta de oportunidades, ocasionando que un grueso importante de venezolanos busque su destino en otras latitudes. Es una situación que nos debe llamar a la reflexión, especialmente por tratarse de un voluminoso flujo integrado en su mayoría por un nivel académico de educación superior o de post-grado.
Si hacemos referencia al caso de EEUU, podemos observar que la presencia de los venezolanos se ha incrementado de manera significativa y se encuentran en el décimo tercer lugar en el grupo de los latinoamericanos, integrados por mexicanos, nicaragüenses, colombianos, salvadoreños, puertorriqueños, dominicanos, hondureños, cubanos, guatemaltecos, ecuatorianos, peruanos y españoles. Sin embargo, destacan por ser el contingente con mejor grado de educación.
La mayoría emigran con su grupo familiar. Lamentablemente, estamos ante la fuga de talento, quienes se dirigen a otros países ayudando a su respectivo crecimiento, esa población analítica que necesitamos para asumir nuestro propio desarrollo y fungir como generación de relevo, en cuanto al plano científico, tecnológico, económico, de las comunicaciones, del arte, entre otras disciplinas más, profesionales capacitados para impulsar estos sectores.
A este número se deben sumar eventualmente, los bachilleres que están planeando estudiar sus carreras en el extranjero, quienes es probable que busquen oportunidades de trabajo afuera, así como los jóvenes con intención de emigrar una vez culminado sus estudios universitarios en curso, previendo la situación que deben afrontar en nuestro país en cuanto a la falta de ofertas de empleo, a los salarios insuficientes o la necesidad de asumir ocupaciones no acordes a su formación.
Considero que emigrar es una decisión trascendental de vida, que tiene justificadas razones para aquellos venezolanos que han visto en ese destino nuevas opciones educativas, laborales, de crecimiento personal y familiar, a las cuales todos tenemos derecho.