El embalse Camburito-Cáparo, así como el Boconó-Tucupido para las plantas hidráulicas de La Vueltosa (514 MW) y Peña Larga (80 MW) respectivamente, los secaron a propósito. Debían durar 12 meses y los vació en cuatro, para armar el circo mediático con sus fábulas y otro guiso térmico más
Ni 15 días ni 10 meses, servirán para sacar a Venezuela de la catástrofe eléctrica que con una lesa humanidad electrizante azota a la “nueva cola” del Sistema Eléctrico Venezolano, SEV de Zulia, Mérida, Trujillo, Táchira, Barinas, Apure, Portuguesa y Lara, y que empujan a 14 millones de habitantes hacia la ruralidad en pleno siglo XXI siendo que este cáncer amenaza con expandirse hacia el resto del país desde el occidente hasta el oriente. Señores Venezuela se nos está apagando.
El descaro de mentir con una “supuesta sequía”, revela la carencia total de escrúpulos y ética del régimen que mal dirige el SEV de los venezolanos. El embalse Camburito-Cáparo, así como el Boconó-Tucupido para las plantas hidráulicas de La Vueltosa (514 MW) y Peña Larga (80 MW) respectivamente, los secaron a propósito. Debían durar 12 meses y los vació en cuatro, para armar el circo mediático con sus fábulas y otro guiso térmico más.
El resto de los embalses de Centro Occidente (565 MW), están bastante llenos y hasta desperdiciando energía porque sus turbinas están dañadas por falta de mantenimiento (Planta José Antonio Páez, 240 MW). Con la planta más grande, La Vueltosa de 514 MW, se ha manipulado a la nación. Dicha planta tiene la capacidad indicada, pero ella es sólo para las horas pico y a lo sumo, sólo puede proveer el 2 % de la energía nacional diariamente. ¡La Vueltosa no es el Guri!, pero la misma en honor a su nombre, amenaza con un revolcón al régimen.
La causa raíz es el régimen. Con su lesa humanidad electrizante quiere doblegar a la sociedad. Ni que tengamos el barril de petróleo a 200 dólares les alcanzaría, sólo robarían y mentirían más, por eso hay que salir de ellos sin dilación. El régimen ha convertido en pleno siglo XXI, a la electricidad en un arma letal contra los más débiles, porque hasta nuestros inocentes recién nacidos los está matando; teniendo en el país más de dos mil plantas moto-generadoras, revela una indolencia desalmada contra los más débiles e indefensos.
El mundo se pregunta ¿qué estamos esperando, por una pinche elección o la próxima generación? ¡Manos a la obra que sí se puede!