
En 20 años nos ha tocado crecer y madurar aceleradamente con el pueblo zuliano. Somos testigos de excepción de la veracidad de aquel viejo dicho que afirma que “los golpes enseñan” y vaya que hemos aprendido al son de los avatares que han castigado a la región y el país en estos últimos cuatro lustros, pero no nos quejamos. Si caemos es para levantarnos y sacudirnos el polvo, orgullosos de la cicatrices que nos recuerdan los trances superados
La primera edición de este rotativo vio la luz un 19 de abril, hace exactamente dos décadas, cuando Venezuela conmemoraba 188 años del inicio de la lucha por la independencia del yugo español.
Aquella icónica fecha de publicación no fue una carambola operativa ni un capricho institucional, sino una declaración manifiesta de los valores que edificaron esta casa editorial, para contribuir al debate plural y civilizado de las ideas, en busca de una sociedad más justa para las generaciones presentes y futuras.
En 20 años nos ha tocado crecer y madurar aceleradamente con el pueblo zuliano. Somos testigos de excepción de la veracidad de aquel viejo dicho que afirma que “los golpes enseñan” y vaya que hemos aprendido al son de los avatares que han castigado a la región y el país en estos últimos cuatro lustros, pero no nos quejamos. Si caemos es para levantarnos y sacudirnos el polvo, orgullosos de la cicatrices que nos recuerdan los trances superados.
Las circunstancias difíciles son las pruebas que definen el temple de los hombres y las instituciones. Un diamante no se puede producir sin presión, de la misma forma que una espada no puede forjarse sin el fuego o los golpes.
El periodismo necesario para defender la libertad intelectual del Zulia, es como una hoja recta, filosa pero flexible, capaz de penetrar en la opacidad de los acontecimientos de interés público, para que la verdad -no como medio de comunicación, sino como concepto- resplandezca con la transparencia del más puro de los diamantes.
El camino que falta por recorrer hacia un país más próspero e inclusivo, todavía es largo y azaroso. No le prometemos a nuestros lectores una travesía libre de baches y obstáculos, pero sí un compañero leal que estará para mostrarles la mejor ruta hacia el destino que todos buscamos, un hombro firme y una mano amiga para cruzar los ríos de dificultad y una palestra amplia donde levantar la voz cuando haga falta.
En los próximos días te invitaremos a recordar juntos el camino transitado en estos 20 años. Gracias infinitas por el respaldo y la confianza.