Fraude social, fraude electoral

No exageramos si decimos que tenemos una economía de guerra. Hoy tenemos a Venezuela anarquizada, anómica, destruida en sus bases políticas, institucionales, éticas. En el marco de ese fraude político e institucional, tenemos el desastre electoral

Esta es la Venezuela del fraude. Maduro ha sido y no deja de ser el peor de los fraudes. Esta dictadura totalitaria es un fraude total. Hoy no producimos casi nada; el Bolívar, el fuerte y ahora el soberano, una moneda de mentira. La hiperinflación pulveriza el bolsillo de los ciudadanos, los sueldos y los ingresos en general no alcanzan para nada; la deuda externa ahora sí parece eterna; los controles de producción, precios, sueldos, divisas, no sirven para nada. No exageramos si decimos que tenemos una economía de guerra.

El fraude político e institucional es otra realidad. Quienes dicen respetar la Constitución, la ley, la democracia y la justicia y hablan en nombre de ellas, lo que han hecho es destruir todo eso para controlarlo todo y acabar con las reglas que debe tener cualquier sociedad civilizada. Hoy tenemos a Venezuela anarquizada, anómica, destruida en sus bases políticas, institucionales, éticas. 

En el marco de ese fraude político e institucional, tenemos el desastre electoral. El 20M se prepara una farsa para mostrar un resultado de triunfo de Maduro que no se compadece con nuestra realidad, que nada tiene que ver con la voluntad del pueblo. No hay un personaje ni un sistema más repudiado que el mismo Maduro y su fracasado socialismo. 

Si algo toma importancia en este momento es que todos los venezolanos que rechazamos este régimen, que somos una gran mayoría, estemos juntos en el ejercicio de la presión democrática nacional e internacional para denunciar ese fraude del 30-M y lograr lo básico para que se retome la ruta electoral. Pero la verdad es que no estamos unidos y eso es fatal. La mayoría organizada en muy diversos partidos políticos, iglesias, sectores empresariales y laborales, movimientos estudiantiles y universitarios, organizaciones no gubernamentales, etc., tenemos claro que no debemos ir a esa farsa de Mayo y debemos ejercer presiones. 

Pero es cierto que grupos políticos consideran que no hay forma de participar y que solo debe haber elecciones cuando salgamos de este régimen y otros, la minoría encabezada por el señor Falcón, piensan que se debe votar en cualquier circunstancia, aunque sepamos que ya todo está arreglado.

Nuestra posición se encuentra entre las dos últimas narradas. No compartimos la visión extrema de negar el voto aunque se logren condiciones mínimas. Qué bueno sería que todos pudiéramos asumir la posición que hoy es mayoritaria y deslegitimemos al régimen y a su fraude, y unidos luchemos, para que este mismo año podamos votar y sacarlos de verdad.

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