Traición a la patria

Puede un ciudadano responsable vender su voto por una caja esporádica y cada vez peor de comida importada, por un “Carnet” de la Patria en destrucción, o por el reparto de “bonos” irresponsables y demagógicos, que empeoran la situación de todos?

En nuestra historia contemporánea, nunca en solo cinco años, el país había experimentado una destrucción semejante. Desde el punto de vista político, las instituciones han desaparecido. Ha sucumbido la República, la Soberanía  Popular, la autonomía de los poderes públicos, el pluralismo político, los derechos humanos, la democracia. En una palabra, el Estado de derecho. 

Hoy somos un Estado forajido, que pretende eternizar en el poder a un nuevo tirano tropical, a través de un proceso electoral fraudulento, que la comunidad internacional desconoce. Desde el punto de vista económico, hemos sufrido una catástrofe solo experimentada por países en guerra. La economía venezolana es hoy 45 por ciento mas pequeña que en 2013. 

Nunca el PIB había caído por más de dos años consecutivos. “Por ahora” llevamos cinco sin esperanzas de cambio. La producción petrolera en un quinquenio se ha reducido a la mitad: hoy solo producimos 1,5 millones de b/d. Hemos dejado de percibir por tanta ineficiencia más de 28 billones de dólares por exportaciones. Venezuela solo está en capacidad, por otra parte, de producir el 25 por ciento de los alimentos que requiere. 

Desde que Nicolás Maduro llegó al poder en 2013, el índice acumulado de inflación es de 617.460 por ciento. Hoy, en medio de una hiperinflación sin precedentes, tenemos un salario mínimo con el que no puede comprarse un dólar. Por todo ello, desde el punto de vista social, experimentamos una crisis humanitaria que clama al cielo. Más de 80 por ciento de la población vive  niveles de pobreza. La población está emigrando en masa. 

Casi 1,5 millones de venezolanos están manteniendo a sus familiares en Venezuela desde el exterior. Y ante  una debacle como esta nos preguntamos: ¿Puede un venezolano  mentalmente sano y honesto, votar por el responsable fundamental de esta destrucción? ¿Puede alguien en uso pleno de sus facultades, especialmente de su libertad individual, reelegir al causante de tantos males? ¿Puede un ciudadano responsable vender su voto por una caja esporádica y cada vez peor de comida importada, por un “Carnet” de la Patria en destrucción, o por el reparto de “bonos” irresponsables y demagógicos, que empeoran la situación de todos? ¿Pueden los herederos de Bolívar, votar nuevamente por quien cada vez  nos da menor “suma de felicidad”, de “seguridad social” y de “estabilidad política”? Por ello, votar por quien ha destruido al país en solo un quinquenio, no pude ser otra cosa que una traición a la Patria. 

 

 

 

 

 

 

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