Los análisis económicos de los expertos, que avizoraron la crisis actual, hablan de algo peor que lo que estamos viendo. Las cajas CLAP que entregaron electoralmente, tal vez ya no se vuelvan a ver
Con los resultados de las elecciones presidenciales del 20-M, pretenden hacernos creer que el pueblo venezolano es una enorme masa de desventurados y estúpidos masoquistas, que salieron a votar por el hombre que ha causado la desgracia, la catástrofe que hoy vive Venezuela.
Y no es tanto que fueron a depositar su voto por el culpable de su hambre y su desgracia, sino que asistieron en masa, olvidando que las calles de toda Venezuela estaban desoladas, que en los centros electorales la presencia de electores era mínima y sólo era visible la logística del Estado venezolano, puesta al servicio de la causa roja con sus deleznables y condenables puntos de control, como alcabalas para controlar el voto de los pocos asistentes, que eran llevados bajo las ofertas de entrega de unas cajas de alimentos o el escaneo de sus carnet de la infamia, para depositarles 10 millones de bolívares, como lo pudimos observar y lo sabe todo el mundo.
Según los resultados ofrecidos por las inefables damas del CNE, votaron unos 10 millones de venezolanos, la mayoría de los cuales lo hicieron por Nicolás para agradecerle su “exitoso” desempeño presidencial al provocar una inflación que no permite, con el salario de un mes, que una familia pueda desayunar completo un solo día.
Venezuela se convierte así en el único país del mundo donde un Presidente, responsable de una descomunal crisis humanitaria en salud y alimentación, desempleo, inseguridad, corrupción y toda una cadena de males, recibe el apoyo del pueblo en unas elecciones. Eso no se los cree nadie.
En realidad, las máquinas sí reflejaron esos votos, pero es que fueron producto de un descomunal fraude. Sin presencia de la verdadera oposición con sus testigos para defender los votos, como sucedió en las parlamentarias del 2015, los activistas gobierneros, comenzaron el desmadre de votar por cuantos pudieron hacerlo.
Esa es la única manera en que Nicolás Maduro haya podido ganar a pesar de su desastrosa gestión y se refleje una presencia de votantes que realmente no se vio por ningún lado.
Ojalá el CNE publicara la lista de los electores del 20-M, para que se vean allí reflejados millones de venezolanos que jamás se acercaron a las urnas porque estaban persuadidos del fraude electoral.
Vienen días negros para los venezolanos. Los análisis económicos de los expertos, que avizoraron la crisis actual, hablan de algo peor que lo que estamos viendo. Las cajas CLAP que entregaron electoralmente, tal vez ya no se vuelvan a ver. Dios nos agarre confesados.