Épocas en ocaso

Basta pensar en una persona nacida en Europa a comienzos del Siglo XX para percatarse que a lo largo de su vida pudo vivir bajo una monarquía, para en algún momento ser parte de un sistema comunista o fascista

Un hombre joven, de facciones asiáticas con unos lentes redondos, permanece erguido portando un uniforme militar de gala, con guantes blancos sosteniendo un sable y varias medallas en su pecho. Es una imagen del último emperador de China compartida por @elOrdenMundial. Al verla inmediatamente viene a la mente la película El último emperador (1987), de Bernardo Bertolucci, y El Imperio del Sol (1987), de Steven Spielberg. La primera de ellas tiene una conexión natural con la imagen descrita, pues se trata justamente de la historia de Pu Yi, el mismo hombre que aparece en la imagen, quien en 1950 es capturado por el ejercito rojo; pero la segunda película se refiere a la invasión japonesa a China en 1937, un evento que ocurrió poco más de una década antes del fin del Imperio Chino.

La relación entre ambas cintas cinematográficas es la misma que puede haber entre ella y la vida de tantas personas a las que les ha tocado vivir el fin de una época. Pu Yi fue el último emperador, terminando sus días como jardinero en la China comunista, por su parte Jamie Graham, el protagonista del Imperio del Sol, es un niño inglés que ve desaparecer su mundo entre bombardeos y ciudades vacías. Como ellos se intuye que autores como Stefan Zweig (1881 – 1942) y Sándor Márai (1900 – 1988) también fueron testigos de mundos que se derrumbaban frente a ellos.

Basta pensar en una persona nacida en Europa a comienzos del Siglo XX para percatarse que a lo largo de su vida pudo vivir bajo una monarquía, para en algún momento ser parte de un sistema comunista o fascista, y finalmente terminar en un país capitalista, sin mencionar que debió vivir dos Guerras. 

La Venezuela de los últimos años pudiera convertirse en la experiencia más reciente del fin de una época. Mucho se ha dicho del fin del modelo rentista, algo que sin duda ha ocurrido, pero que obedece fundamentalmente a elementos económicos y políticos. Más allá de ellos la estructura social predominante basada en una clase media que se logró formar durante la segundad mitad del siglo XX también está llegando a su fin. 

Sin duda se podrá recuperar en algún momento, pero no como continuidad del proceso que ya venía, sino como algo que comenzará a germinar de nuevo desde una tierra arrasada. Desde ese renacimiento la oportunidad de erradicar vicios que se traían será única, como también será la oportunidad de crear una sociedad de mayor carácter y madurez.  

 

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