Jamás el señor ministro fue capaz de admitir que el colapso eléctrico del Zulia no era más que un asunto de la exclusiva responsabilidad suya y de quienes habían pasado por la gerencia de la empresa Corpoelec a lo largo de estas dos décadas perdidas de revolución
Lo que pasa con el Zulia en medio de este desastre que han dado en llamar revolución bolivariana, para arrechera del Padre de la Patria, se pudiera decir que es de antología. Nuestro estado ha sido abandonado a su suerte. Los servicios públicos son un verdadero caos, pero dentro de esas calamidades destaca el servicio eléctrico.
Luego de un largo tiempo sometido a racionamiento y apagones cuando era restituido, el ministro de Corpoelec, el general Motta Domínguez, de quien me gustaría saber si es ingeniero eléctrico, nos anuncia con bombos y platillos que ha sido solucionado el problema, que según él había sido ocasionado por sabotajes de la oposición y del imperio norteamericano a varias subestaciones de electricidad ubicadas en distintos puntos de Maracaibo y el resto del Zulia.
Jamás el señor ministro fue capaz de admitir que el colapso eléctrico del Zulia no era más que un asunto de la exclusiva responsabilidad suya y de quienes habían pasado por la gerencia de la empresa Corpoelec a lo largo de estas dos décadas perdidas de revolución.
Nos habló de cientos de kilovatios que entraron en servicio para solucionar tan grave problema, y en ello fue secundado por el gobernador Prieto. Pues resulta que el ministro de Electricidad nos mintió, porque el problema sigue allí. Lo que hicieron fue acabar con el racionamiento, pero es lo mismo. Apenas al siguiente día del anuncio comenzaron los apagones nuevamente, los cuales han dejado sin electricidad el estadio Luis Aparicio en pleno desarrollo de los juegos de pelota.
Todos los días hay apagones y bajones intempestivos de electricidad, que siguen ocasionando pérdidas de equipos electrodomésticos. A este cronista se le dañó una nevera y dos acondicionadores de aire, que por sus costos, hoy día, son irrecuperables. Me gustaría saber quién me responderá por esos daños. Lo que tenemos en estos momentos es una verdadera feria de apagones y bajones.