El plusmarquista mundial de maratón es el principal candidato para ser coronado como el mejor atleta masculino del año en la gala de este martes de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) en Mónaco; el galardón, mucho más abierto en chicas
Un récord mundial estratosférico, que atizó el debate sobre los límites humanos en el maratón, convirtió al keniano Eliud Kipchoge en figura estelar del año atlético 2018, que concluye este martes en Mónaco con la ceremonia de coronación de los atletas más sobresalientes de la temporada.
Los aficionados de todo el mundo recibieron con asombro el desenlace de la carrera de Kipchoge, el 16 de septiembre en Berlín, que acabó con un registro espectacular: 2h01:39. Un año y medio antes, el 5 de mayo de 2017 en el autódromo de Monza, el campeón olímpico había corrido el maratón más rápido de la historia, culminando con una marca no homologable de 2h00:25 el reto diseñado por Nike para bajar de las dos horas en la carrera de 42.195 metros.
Aun contando con liebres que, contra el reglamento, alternaban carrera con descanso, Kipchoge no pudo bajar en Monza de las dos horas, que era el objetivo del proyecto Breaking2, pero pulverizó la mejor marca de la historia anterior, las 2h03:02 de su compatriota Geoffrey Mutai, igualmente no homologada debido al recorrido ligeramente descendente de Boston.
Originario del Valle del Rift, Kipchoge ha culminado una asombrosa trayectoria que eclosionó en 2003 cuando, con sólo 18 años, batió en la final de 5.000 metros de los Mundiales de París a dos grandes, Hicham El Guerruj y Kenenisa Bekele.
Estos dos últimos años, Kipchoge, con 33 años, ha demostrado que el muro de las dos horas en el maratón está a la vuelta de la esquina. Como en Monza, en Berlín le ayudaron las liebres, esta vez legales e imprescindibles para batir récords en carreras a partir del mediofondo.