
Xiao Wang deseaba con todas su fuerzas un iPhone y estaba dispuesto a todo para obtenerlo, por ellos sin pensar en las consecuencias vendió uno de sus riñones
Hace ocho años Xiao Wang, un joven chino de 17 años, vendió un riñón para comprar un iPhone. Lo que no esperaba era contraer una infección que lo dejaría postrado en una cama de por vida.
El joven estaba ansioso por tener un celular más moderno y estaba dispuesto a hacer lo que fuera para conseguir el dinero. Ante la incertidumbre y la ansiedad el estudiante de la provincia de Hunan al sur de China, a escondidas de su familia, contactó una red ilegal de tráfico de órganos.
Los interesados por los órganos, le ofrecieron 3 mil dólares por su riñón y él aceptó. Wang investigó y descubrió que se podía vivir sin un riñón, por ello se sometió a la operación, cuyas condiciones se desconocen.
Con las ganancias obtenidas por la venta de su riñón compró un iPhone y un iPad, pero no sabía todo lo que estaba sacrificando por comprar los dispositivos, su vida ocho años después no es la misma.
En la clínica ilegal donde lo operaron contrajo una infección que ocasionó una insuficiencia renal que lo marcaría de por vida.
Los padres de Wang se extrañaron cuando vieron los nuevos dispositivos electrónicos que poseía el joven, no tenían la menor idea de donde había sacado el dinero.
La madre le preguntó varias veces a Wang con qué dinero compró los aparatos y este le confesó que vendió su riñón. La historia se hizo famosa y llegó a los medios locales.
Una vez que los padres del joven denunciaron el caso, las autoridades chinas arrestaron a nueve personas, entre estas a los médicos que extrajeron el órgano y los miembros que traficaban los órganos. La condena fue entre tres y cinco años de prisión. A la familia se le otorgó una indemnización de 200 mil dólares.
Actualmente Wang vive postrado en una cama conectado a una máquina de diálisis y debe contar con asistencia las 24 horas del día.