A pesar de los vientos en contra para la causa libertaria de la nación, por primera vez en mucho tiempo, un tsunami de esperanza se está volcando sobre el tirano y sus cómplices. Al lograrse la salida del tirano, el Caos Eléctrico Nacional, iría rumbo a su primer clímax anual
En una semana la primera pasada anual del sol sobre el territorio nacional sí o sí comenzará a empujar hacia arriba las temperaturas, y con ello la ahorcada demanda buscará subir por los próximos 122 días y si los MW termoeléctricos más costosos del mundo por corrupción del régimen (con sus cómplices Derwick, Rincón, Ramírez, Alvarado, etc. y diversas compañías) no se encuentren a la altura, Venezuela la va a pasar muy mal, especialmente más de medio país a partir de los estados centrales hasta la frontera con Colombia, y aunque el Guri tiene suficiente agua, no será mucho lo que podrá ayudar.
Los apagones, bajones y racionamientos se intensificarán, mientras el país puja por libertad y la entrada de la ayuda humanitaria, para así evitar que los crímenes de lesa humanidad sigan sumando víctimas a manos de la tiranía. A pesar de los vientos en contra para la causa libertaria de la nación, por primera vez en mucho tiempo, un tsunami de esperanza se está volcando sobre el tirano y sus cómplices.
Al lograrse la salida del tirano, el Caos Eléctrico Nacional, iría rumbo a su primer clímax anual y de no prestársele urgente atención sería la gran piedra de tranca para una gobernabilidad estable en el Gobierno de transición, conseguir la libertad y reinstitucionalización del Estado y así efectuar elecciones generales, pulcras en su integralidad, creíbles por todos en Venezuela y el mundo.
Para que el “vamos bien”, llegue al puerto de la libertad, no podemos olvidar la justicia contra las violaciones de DDHH, el desfalco del tesoro nacional y tener nuestro territorio libre de todas las fuerzas o movimientos irregulares foráneos que en nuestro suelo han encontrado guarida para atormentar a nuestra población y desprestigiar las mejores tradiciones de la venezolanidad. No más presos políticos y abajo con la corrupción.
Solo devolviendo el poder a la sociedad, podremos garantizar el retorno de nuestros hijos, un renacimiento para Venezuela. Requerimos claridad y apego a los principios, ética y mucho trabajo serio, pilares que son los que hacen grande a las naciones. ¡Pa’ lante que para atrás espanta!