Más claro no puede ser el contenido del referido documento legal. Es un escudo de protección al cual se le debe dar difusión masiva, que sea conocido por todos los venezolanos que ansiamos la liberación definitiva de este régimen opresor, de esta satrapía vergonzosa e insoportable
“La dictadura es el sistema de gobierno en el que lo que no está prohibido, es obligatorio”. Enrique Jardiel Poncela.
El día cinco de febrero de este año 2019, la Asamblea Nacional legítima aprobó y ordenó la publicación del Estatuto que rige la transición democrática para restablecer la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En él se reafirma al ciudadano Juan Guaidó como Presidente Encargado de la Nación, se ratifica el carácter usurpador del régimen de Nicolás Maduro y se fijan los lineamientos para un gobierno de transición y la celebración de elecciones libres y transparentes.
El artículo 11 de dicho Estatuto ordena que “ningún ciudadano, investido o no de autoridad, obedecerá los mandatos de la autoridad usurpada. Los funcionarios públicos que contribuyan con la usurpación comprometerán su responsabilidad, tal como lo establecen los artículos 25 y 139 de la Constitución. Todo funcionario público tiene el deber de observar los artículos 7 y 333 de la Constitución para obedecer los mandatos de los Poderes Públicos legítimos en Venezuela, especialmente a lo referido a los actos en ejecución del presente Estatuto.”
El artículo 12 expresa taxativamente que: “El cese de la autoridad usurpada por parte de Nicolás Maduro Moros y la conformación de un gobierno provisional de unidad nacional constituyen los elementos concurrentes que configuran la liberación del régimen autocrático establecida en el artículo 2 del presente Estatuto.”
Más claro no puede ser el contenido del referido documento legal. Es un escudo de protección al cual se le debe dar difusión masiva, que sea conocido por todos los venezolanos que ansiamos la liberación definitiva de este régimen opresor, de esta satrapía vergonzosa e insoportable. Allí se precisan los elementos estratégicos secuenciales, y la ruta legítima y lógica que deben cumplirse para llegar a unas elecciones libres. Todos los venezolanos debemos ayudar en su cumplimiento.
Obviamente que en cada fase de esa estrategia habrá movimientos tácticos que sólo los responsables estarán informados y obligados en su ejecución. Los encuestólogos, los expertos en laboratorios de confusión, distracción y burla, al igual que los opinadores de oficio, seguirán cumpliendo con sus tareas, por obligación algunos; por negocios otros; por diversión otros tantos, y por tontos útiles un significativo número. Pero, la estrategia debe continuar.
Ese Estatuto que rige la transición democrática debe ser el documento “bíblico” que deben cargar consigo los dirigentes políticos para darlo a conocer, y mucho más aun todo aquel que sea miembro formal o designado para integrar grupos de conversación, mesa de negociación, comisión de discusión, comité de acuerdos, etc., que represente al Frente Democrático para la Venezuela Libre.
Repito lo que tantas veces he escrito, es necesario guardar coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace, es la forma más segura de rescatar la credibilidad del venezolano y restituir su confianza plena en el liderazgo político, y porqué además, es lo que también garantiza la cohesión para la acción en esta lucha por la libertad y la democracia que tanto nos ha costado.