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La historia del petróleo en Venezuela es la historia de una nación cuya característica más resaltante, y es duro decirlo, ha sido la improvisación, el despilfarro y la corrupción. Lo que sí hizo el Monarca, preludio del posterior furor estatista republicano, fue garantizar que todos los minerales que están en el subsuelo le pertenecen, disposición jurídica que Simón Bolívar mantendrá luego de romper con la “Madre Patria”.
Eduardo Arcila Farías sintetizó muy bien la historia de la economía venezolana: siglo XVIII, el cacao; siglo XIX, el café, siglo XX, el petróleo. Luego de la Independencia (1810-1830) los Libertadores salvo ganar la guerra más brutal a la Metrópoli, no tuvieron la menor idea de cómo echar las bases del desarrollo social del nuevo país. En la Venezuela de la postindependencia, país destruido y arruinado por la guerra, el Estado antecedió a la nación, y los inquilinos del Estado oprimieron a la nación.
El arribo del asfalto en 1883 y del petróleo en 1922, cambiaron de raíz a un país de mentalidad rural a otro industrial, sin tener las destrezas para ello. Además, la explotación de los hidrocarburos la hicieron ingleses y estadounidenses de una forma tan ventajosa y humillante para Venezuela, que entonces palideció el recuerdo de la Colonia como una era de oprobio, de acuerdo al nuevo manual de una identidad bolivariana artificial, pero que ideológicamente justificaba las ineptitudes y razzias de nuestros caudillos, hasta el día de hoy.
El saqueo extranjero de nuestras riquezas en el subsuelo fue inclemente. Solo tres ministros intentaron con auténtico espíritu nacionalista hacerles frente: Gumersindo Torres; Néstor Luis Pérez y Juan Pablo Pérez Alfonso. Pero que va. El poder del trust del petróleo del capital industrial internacional se cebó sobre Venezuela. Nuestra proverbial riqueza sólo eran las migajas que tanto la Shell y la Standard con sus subsidiarias apenas dejaban en manos del dictador de turno.
Habrá que esperar hasta 1945 con Rómulo Betancourt; la creación de la Opep (1960) y la nacionalización del petróleo (1976) para que los venezolanos podamos controlar soberanamente nuestro petróleo. Y aun así, salvo muy escasas excepciones, la riqueza petrolera nunca se supo invertir racionalmente para conquistar el bienestar social de la patria de Bolívar, sino que siguió siendo un muy buen negocio para las familias, amigos y partidos que se apoderaron del control del Estado.