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Este 1 de octubre, la Universidad del Zulia conmemoró el 71 aniversario de su refundación. Como manda la tradición, los actos programados se iniciaron con una ofrenda floral ante la estatua pedestre del doctor Jesús Enrique Lossada, el Rector de la reapertura. Una misa de Acción de Gracias en el Convento San Francisco de Asís; y la XXVI edición del “Festival Institucional de la Voz Universitaria y la Canción Inédita” en el Teatro Baralt. La efeméride es una convocatoria a reafirmar la autonomía universitaria y a repensar la institución para potenciar su resiliencia.
Al arribar a este nuevo aniversario se hace perentorio reflexionar sobre la situación institucional y cómo afrontar un futuro cada vez más incierto por el cuestionamiento internacional a decisiones políticas del Gobierno y lo que ello supone. Sin olvidar la esencia de la universidad autónoma, contemporizar con las tendencias de cambio que se establecen en el concierto universitario regional y mundial.
Es decir, no podemos quedarnos estáticos mientras LUZ se hunde en la miseria. Hay que activar nuestro potencial creativo e innovador en dos vertientes: crear conocimiento y dar respuestas a nuestra propia institución y a la crisis humanitaria en alimentación, salud, educación, arte y cultura desde la perspectiva del compromiso social adquirido. Ser más efectivos en el accionar comunitario para que las actividades tengan impacto en el mayor número posible de personas.
Ser conscientes que necesitamos el patrocinio del sector empresarial e industrial y el institucional internacional. Para ello es importante revisar las áreas de desarrollo y definir propuestas novedosas. Así no solo lograremos que los proyectos se autofinancien y dar un salto cualitativo que nos permita ser más competitivos y productivos, sino obtener mejores condiciones de trabajo. Con esta estrategia tal vez podamos retardar la migración profesoral y estudiantil o al menos ralentizarla.
En paralelo, iniciar un proceso de análisis y discusión para establecer una propuesta alternativa a la actual Ley de Universidades, bien sea una reforma o la redacción de un nuevo cuerpo normativo. En esto no hemos sido proactivos. Negamos la nefasta Ley de Educación Superior pero no ponemos sobre el tapete nuestra propia versión. El que sea engavetada dependerá de la estrategia político-académica que empleemos y el nivel de aceptación en la sociedad. “La vida es como montar en bicicleta, para mantener el equilibrio hay que seguir pedaleando”. (Albert Einstein)