
Luego de 112 años de historia, iniciando desde el 20 de julio de 1882, el banco que comenzó en la Plaza Baralt de la capital zuliana cerró sus puertas el 15 de junio de 1994 por orden de Rafael Caldera
En Venezuela existen unas 30 entidades bancarias actualmente, algunas de estas con varias décadas de historia y sucursales en cada estado del país. No obstante, se podría decir que el precursor de todas estas, considerado como el primer banco plenamente consolidado de la nación, fue el Banco de Maracaibo.
La banca fue fundada el 20 de julio de 1882 en La Plazuela, sitio que seis años más tarde sería rebautizada como la Plaza Baralt, en el centro de la capital zuliana, con Ramón March su primer presidente y gerente.
En Venezuela existieron otros bancos antes que el de Maracaibo, como el Banco Colonial Británico (1839-1849), el Banco Nacional de Venezuela (1841-1850), la Compañía de Accionistas (1855-1858) y el Banco de Venezuela (1861-1862), entre otros.
Sin embargo, estos fueron dependientes del Estado, sucursales del extranjero establecidas en el país con una sola sede, principalmente en Caracas, o entidades dirigidas por accionistas cuya mayoría de fondos provenían del Gobierno de turno.
Cada uno de los bancos que se crearon antes de la década de 1880 quebraron gracias a los problemas económicos del país tras el fin de la Gran Colombia o fueron desintegrados junto con los cambios de Gobierno, por lo que la mayoría de estos no duraba más de 10 años.
No obstante, el Banco de Maracaibo inició como un proyecto de inversión totalmente privado, con accionistas sin conexión directa con el Estado y siendo su capital inicial de apenas 160 mil bolívares.
Aun así, el banco logró consolidarse y tener aceptación nacional e internacional, recibiendo cada vez más cuentahorristas y a empresas que solicitaban créditos en cada una de sus sucursales en el país durante 112 años.
Por esta razón, la entidad bancaria que inició en la capital zuliana es considerada para la historia venezolana como el primer banco del país, más allá del eslogan que usó durante décadas.
Retos en una región sin cultura bancaria
El Banco de Maracaibo fue creado con el fin de intentar liberar a la región de la dependencia capitalina del régimen guzmancista, según el Diccionario General del Zulia, ya que el sector financiero estaba controlado desde Caracas, con muy poca atención en las necesidades del occidente del país.
El historiador Ángel Lombardi aseguró, en entrevista al Diario La Verdad, que la creación del banco de la capital zuliana tuvo mucho que ver con la predominante economía cafetalera en la región, ya que era una de las zonas predilectas por el comercio venezolano.
«El Banco de Maracaibo realmente surge cuando ya la economía cafetalera domina completamente la economía venezolana y, particularmente, el Zulia, porque Maracaibo era el flujo de entrada y salida de todo el comercio de occidente, a través del puerto», puntualizó.
Para la época, pocos eran los bolívares que llegaban al Zulia, por lo que la mayoría de sus residentes continuaban usando el peso colombiano como moneda oficial para realizar sus transacciones, gracias al comercio binacional con Colombia.
El exrector de la Universidad del Zulia (LUZ) y la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica), añadió que esto sucedió porque «la aduana de Maracaibo siempre fue la segunda aduana más importante de Venezuela, después de la de La Guaira y por delante de Puerto Cabello».
Para combatir esta situación, y debido a la escasez de efectivo en bolívares, el Banco de Maracaibo realizó su primera emisión de billetes, los cuales circularon el 1 de enero de 1883 con las denominaciones de 20, 50 y 100 bolívares.
A pesar de ser una innovación para la época en el país, la plena aceptación por el público fue muy complicada, ya que los zulianos no lograban comprender que la emisión estaba respaldada por reservas de oro, ya que era el primer banco que surgía en la región y pocos entendían su funcionamiento.
De hecho, los accionistas del banco se enfrentaron a las costumbres de los residentes de guardar todo su dinero en botijas o confiarlo al ciudadano más respetado del pueblo, mientras que algunos enterraban morocotas de oro en sus propiedades para mantener seguros sus ahorros.
No obstante, el público fue confiando en la entidad y en el uso de los bolívares impresos por el Banco de Maracaibo para realizar sus transacciones, sobre todo porque, con el pasar del tiempo, la banca dejaría de aceptar pesos colombianos, y los cuentahorristas debieron apegarse a usar la moneda nacional para sus depósitos.
«El tema de los pesos en el Zulia es un fenómeno que se ve hasta hoy. Hay zonas que, desde hace décadas, manejan más el peso colombiano que el bolívar, el banco debía motivar al uso de la moneda nacional en sus sedes», aseveró Lombardi.
Aportes al crecimiento nacional
Maracaibo empezó a crecer rápidamente y el banco hizo frente a las necesidades del comercio, de la industria, la agricultura y de la ganadería. También se otorgaron créditos para construir edificios, hospitales, asilos e iglesias, aumentó la confianza en el banco y su capital.
«En el Banco de Maracaibo se movilizaban los principales capitales e inversiones en Maracaibo y en el Zulia. Durante más de un siglo este banco marca las finanzas aquí, en el Zulia», dijo el historiador.
En 1918 inicia su expansión en el territorio venezolano, abriendo su primera sucursal en Caracas, contando hasta ese momento con una gran solidez, tanto que sus propios billetes eran aceptados en la capital, para luego abrir varias otras sucursales en el país y recibiendo clientes de Curazao y Colombia.
El ente bancario marabino fue pionero en la asistencia mediante créditos al sector agropecuario, así como al sector industrial y petrolero cuando estaban iniciando. El Banco de Maracaibo fue quien otorgó por primera vez en el país el llamado «préstamo petrolero».
Fue el primer banco en Venezuela en instalar autobancos, al principio en taquillas móviles situadas en autobuses y después en modernas instalaciones, de la cual fue modelo el Centro MultiÁgil de la calle 72, caso único en Latinoamérica por sus canales de autobanco, sus taquillas externas y sus cajeros automáticos.
El Banco de Maracaibo hizo honor a su lema: «El más sólido y antiguo del país», siendo impulsor de la creación de distintas entidades financieras especializadas.
El 20 de julio de 1982 inauguró su majestuosa sede principal por motivo de su centenario, el edificio Grupo Financiero de Maracaibo, ubicado junto a la avenida El Milagro, en donde se creó la Biblioteca Don David Belloso Rossell, y que hoy es la sede de los tribunales.
El ente bancario impulsó el lanzamiento de la tarjeta de crédito Visa Banco Maracaibo en 1984, y un año más tarde se expandió a Curazao con la filial Banco de Maracaibo MV.
Fin de 112 años de historia
La situación del banco comenzó a empeorar al inicio de la década de los noventa, producto de la crisis económica del país, la cual también arrastró consigo a otras entidades financieras como al Banco Latino, sumado a los errores de la dirección y mala gerencia.
A juicio de Ángel Lombardi, «en el banco empezó a haber problemas cuando los dos principales grupos de accionistas, que representaron a empresas importantes, entraron en conflicto de intereses. Uno de estos retiró sus acciones y las invirtió en el Banco Occidental de Descuento (BOD)».
Esto aceleró el proceso para el cierre de la entidad y dificultó aún más la situación, por lo que no se pudo evitar su intervención el 15 de junio de 1994 por orden del entonces presidente Rafael Caldera.
El Banco de Maracaibo, la primera entidad bancaria plenamente consolidada de Venezuela, desapareció dejando 112 años de historia y el recuerdo de ser el pionero de los bancos en el país.
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