El desplome del avión de la West Caribbean el 15 de agosto de 2005 es la mayor catástrofe aérea vivida en Venezuela con 160 víctimas y fue la más grande en el mundo ese año
Este miércoles 15 de agosto se cumple 18 años de la caída libre del vuelo 708 de la West Caribbean en la capital del municipio Machiques de Perijá, Zulia, la mayor tragedia aérea vivida en Venezuela con 160 víctimas, de las cuales 152 eran turistas franceses y 8 tripulantes colombianos.
La nave MD-82 de la extinta aerolínea colombiana colisionó en la hacienda La Cuchara, de Machiques, el 16 de agosto de 2005 a las 3.02 de la madrugada, registró la caja negra del aeroplano que partió desde el aeropuerto Tocumen, en Panamá, con destino a Fort de France, Martinica.
Al principio se manejó la hipótesis de que el accidente fue ocasionado por la falla en los dos motores, pues fue lo que los pilotos reportaron a la torre de control de Maiquetía, lugar donde pensaban aterrizar de emergencia sospechando que, debido a las condiciones del clima de ese día, los motores se habían congelado.
Tras este pensamiento del capitán Omar Ospina al darse cuenta que el aeroplano entró en pérdida (fenómeno aerodinámico que consiste en la disminución más o menos súbita de la fuerza de sustentación), activó el sistema antihielo, lo que restó potencia a los motores, empeorando la situación.
Asimismo, se conoció que el avión despegó con sobrepeso y voló a una altura inadecuada, sobre todo para una ruta tan larga (Panamá-Martinica) para el chárter McDonnell Douglas MD-82, además de que la tripulación tenía un entrenamiento deficiente.
Todos estos factores se combinaron para que el vuelo 708 se desplomara en picada desde unos 33.000 pies (poco más de 10.000 metros), destrozándose por completo tras impactar contra el suelo, dejando pedazos de cuerpos por varios metros a la redonda de la hacienda en Machiques. No hubo sobrevivientes.
La mayor tragedia aérea de 2005
Los errores humanos que provocaron la caída del avión dibujaron una escena con piezas de cuerpos, cadáveres carbonizados, pedazos de la aeronave, un penetrante olor a descomposición y ropa y pasaportes esparcidos en un radio de 300 metros que no pudieron recorrerse el primer día de la investigación, por lo fangoso y anegado del terreno.
Esto último ocurrió porque pocos minutos después de estrellarse la aeronave, inició una fuerte lluvia en el sector, la cual apagó las llamas producidas por el impacto contra el suelo, sino que también complicó más el trabajo de los forenses por enterrar en el fango los restos humanos.
El equipo de médicos forenses, entre antropólogos, odontólogos y patólogos de Venezuela y Francia, solo pudo identificar los cuerpos de cuatro franceses y ocho colombianos, estos últimos repatriados a las 72 horas del siniestro.
Luego se tomaron muestras de ADN de las 148 víctimas restantes para analizarlas en Francia, para desvelar los resultados a finales de octubre de 2005 y levantar los cuerpos.
Este incidente marcó el cese definitivo de la West Caribbean, la cual tenía problemas financieros y otras demandas por falta de seguridad de sus aviones.
Un mes antes de lo ocurrido en Machiques, el mismo avión perdió su cola en un vuelo en Bogotá, y ese mismo año otro aeroplano se estrelló en Providencia, matando a 8 personas e hiriendo a otras seis.
El desplome del vuelo 708 no solo fue la mayor tragedia aérea en la historia de Venezuela, sino que también fue el peor accidente de 2005 en el mundo.
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