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Rusia lanzó el miércoles ataques aéreos en Siria, en un marcado aumento de la participación de Moscú en el conflicto, pero asimismo ha suscitado dudas sobre si su intención es combatir al grupo Estado Islámico o proteger a su tradicional aliado, el presidente Bashar Assad.
El presidente Vladimir Putin aseguró que se trata de ataques preventivos contra combatientes islámicos en tanto que el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que sus aviones golpearon y destruyeron ocho posiciones de extremistas del grupo estado Islámico, también conocido por sus siglas de EIIL.
Sin embargo, el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, dijo ante legisladores en París: “Curiosamente (los aviones rusos) no le dieron al Estado Islámico. Dejaré que ustedes mismos hagan algunas conclusiones”.
Por su parte, el secretario de Defensa estadounidense Ash Carter afirmó que los rusos al parecer atacaron áreas en las que no había combatientes del grupo Estado Islámico y lamentó que Moscú no avisara por adelantado a Washington mediante los canales formales de esas acciones militares. Estados Unidos efectúa sus propias incursiones aéreas en Siria contra el grupo Estado Islámico.
Señaló que los rusos no deberían apoyar al gobierno de Assad y que sus maniobras militares están “destinadas al fracaso”.