Desde
En LUZ nunca nos hemos opuesto a la vigencia de un Sistema Único de Ingreso Universitario que sea fruto del consenso y de las mejores propuestas que aseguren la equidad en el acceso, el equilibrio entre la oferta y la demanda de los programas; que considere las condiciones socioculturales y económicas de los estudiantes, así como el respeto ineludible a la autonomía, a las líneas académicas, de rigor y funcionamiento de la institución universitaria.
Desde hace una década en LUZ se ha articulado una Política de Admisión Estudiantil que ha generado avances y puede mejorar en la medida que se resuelvan los desequilibrios presentes cuando la demanda de cupos supera, con creces, la disponibilidad de personal, espacio y equipamiento.
El modelo de admisión de LUZ es digno de ampliarse, pues incluye mecanismos de justicia social y de calidad como el proyecto AMA (Admisión por Mérito Académico) que asegura el acceso a los mejores promedios, así como la asignación de cupos a indígenas, a estudiantes con discapacidades, a deportistas, así como a los hijos de docentes, empleados y obreros en justa contraprestación a los gremios.
Sin embargo, las últimas acciones del Ejecutivo Nacional, al aprobar de manera unilateral el ingreso de más de 400 mil estudiantes a las universidades, rompen con las posibilidades de llegar a un modelo de admisión por consenso, al asumir la asignación del 100% de los cupos, atropellando la autonomía de las universidades y los estatutos del propio Consejo Nacional de Universidades (CNU).
Es una medida inconstitucional que nos obliga a dar continuidad a la política de admisión vigente en LUZ para ingresar a más de tres mil estudiantes con los mejores promedios de los estados Zulia y Falcón, así como cumplir con el cupo asignado a indígenas y a estudiantes con discapacidades como parte de la democratización del acceso.
Además se mantiene la Prueba LUZ para la asignación de carreras por vocación profesional. En el proceso impuesto desde Caracas tenemos casos de estudiantes asignados en carreras como Veterinaria e Ingeniería que no cursaron materias claves como química, biología o física. Lo peor es que no tuvieron la opción de hacer la preinscripción y de seleccionar carreras alternativas.
El problema del cupo no radica en la asignación, ni en la distribución. La raíz está en ampliar y mejorar las condiciones laborales, recursos y equipamiento, así como la adopción de modelos flexibles que incluyan las aulas virtuales para incrementar la matrícula y expandir los programas.
En LUZ seguimos abiertos al diálogo. No queremos conflictos y la esperanza es contar con el apoyo de los gobernantes para que el proyecto de la universidad autónoma y democrática siga adelante.