Monseñor
Daniel Ceballos recibió ayer la bendición de monseñor Diego Padrón, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), quien asistió al Centro de Procesados 26 de Julio, en Guárico, para conversar con el dirigente de Voluntad Popular y preso político del Gobierno de Nicolás Maduro.
Fue la primera vez, desde que fue trasladado el 23 de mayo a una cárcel común, que el exalcalde de San Cristóbal recibió visita en días consecutivos (el martes estuvo en el penal el obispo Mario Moronta). “Estoy muy agradecido con Dios por haberme permitido conversar con él, así como también estoy muy agradecido con la ministra (de Asuntos Penitenciarios) Iris Varela, que dio un permiso especial, porque hoy (ayer) no era día de visitas. Fue una reunión extendida, sin apuros”.
El arzobispo de Cumaná comentó que el encuentro entre él y Ceballos se desarrolló sin ningún tipo de sobresaltos. “Lo vi muy delgado, ha rebajado 15 kilos en 19 días que lleva de huelga de hambre, es decir, casi un kilo diario. Desde el punto de vista moral lo vi muy fortalecido, con mucha capacidad de racionamiento, de reflexión y de tener la conciencia tranquila por lo que está haciendo”.
Respeto
No quiso monseñor Padrón -y así se lo hizo saber a La Verdad en un contacto telefónico- interferir en la decisión de Ceballos de mantener la huelga hasta el final, pero intentó, “de manera respetuosa”, que entendiera su criterio. “Creo que en Venezuela las huelgas de hambres no sirven, porque el Gobierno no oye. Este es un Gobierno sordo y no escucha el clamor de la gente”.
Para Padrón, que ingresó al penal junto al arzobispo de Calabozo, Manuel Felipe Díaz, el centro de reclusión donde está Ceballos es un lugar “que está bien”. “Es nuevo, incluso, no está terminado”, precisó. “Me recibió en un sala y no en una celda, de manera que el ambiente era bueno. No tuve ninguna dificultad para entrar más allá de los trámites ordinarios, de un forcejeo normal. En la parte que pude ver, está bien”.
El presidente de la CEV pudo notar la vocación católica del dirigente, fiel creyente de la Virgen María. “Me pareció algo muy positivo su buen humor. Es muy religioso. Se ha refugiado en la lectura de la palabra de Dios, en la oración y en el afecto familiar. Observé el afecto por su esposa, por sus niños, por su hogar. También el afecto por el respeto, el amor y la consideración que le han expresado todos los venezolanos. Dijo que les transmitiera su solidaridad a los otros huelguistas”.
La opinión de la Iglesia se ha escuchado con mayor fuerza en las últimas semanas aunque monseñor Padrón asegure que no están buscando protagonismo. “Solo respondemos a la situación del país. Por supuesto que la CEV hay cabezas que piensan y sabemos a dónde vamos. Todo está enmarcado en un plan de servicio pastoral. Tampoco son cosas improvisadas”.
A pesar de que no tenía límite de tiempo, monseñor decidió terminar la conversación con Ceballos después de una hora. Fue “por respeto a él y a su agotamiento. Sin embargo, espera volver a verlo pronto: “A él y a otros presos”.