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No hay paño caliente que pueda salvar el estado actual de las piscinas del polideportivo Rafael Vidal, ubicado en el complejo Luis Aparicio Montiel. La decisión tomada el pasado sábado de suspender momentáneamente el II Campeonato Estatal de natación, debido a la paupérrima condición de la piscina olímpica, surtió un efecto inmediato: llevar el agua a condiciones “aptas” para culminar el certamen.
Pero el problema va más allá y no se vislumbra una solución a corto plazo. Desde inicios de este año, la situación ha empeorado considerablemente y el funcionamiento de las piscinas no ha sido sostenido. Eso sin contar que la fosa olímpica tiene meses sin funcionar, afectando directamente a los equipos de alta competencia de polo acuático, nado sincronizado y clavado.
“Entreno aquí todos los días. La piscina dura sólo 15 días bien, mientras hayan químicos, y luego vuelve a dañarse. Hay muchas carencias: losas incompletas, carrileras rotas, tacos dañados”, señala Mariana Guillén, nadadora del Centro de Deportes Acuáticos del Estado Zulia (Cedaez).
Yenny Trompiz, directora general de la Asociación Zuliana de Deportes Acuáticos (Azuda), sigue la línea de Guillén: “Este año ha sido catastrófico, es la primera vez que tenemos que suspender una competencia de este tipo”.
Los integrantes de Azuda exigen, amparados en la ley del deporte, realizar una autogestión de las instalaciones para garantizar su funcionamiento. “Nosotros somos los únicos dolientes, ningún representante de Min-Deporte Zulia se ha acercado por aquí”, subraya Trompiz.
Competir a costa de la salud
“Competimos para defender a los atletas. Necesitan marcas para llegar a los Juegos Nacionales”, comenta Braulio Rodríguez, entrenador y director de Piscinas Braulio, uno de los 13 clubes participantes del II Campeonato Estatal.
Un nutrido grupo de deportistas que hicieron el traslado desde el estado Falcón tensó la cuerda al máximo para que la competencia siguiera. Aun así, 24 atletas (no federados) abandonaron el certamen para no exponer su salud.
“Nadar en estas condiciones puede acarrear irritación en la piel, otitis, problemas gastrointestinales e infecciones respiratorias, pero el que se retira pierde y estamos cerca de las competencias nacionales, los atletas no se pueden dar ese lujo”, señala Flor Ledezma, representante de una de las nadadoras del Zulia con mejor ranking y médico egresada de La Universidad del Zulia.
Paños calientes
Con la premisa de garantizar que los nadadores pudieran obtener sus marcas, se realizó un tratamiento de emergencia “para estabilizar los niveles de acidez y de cloro en la piscina”, tal como lo explica Gregory Mathison, miembro de la junta directiva de Azuda.
“Con eso se garantiza dentro de ciertos parámetros la salud. Sin embargo, los niveles de turbidez y otros factores que no se miden con los aparatos normales de medición siguen sin ser los adecuados”, agregó Mathison.
Los representantes consideran que lo sucedido ayer con la reinauguración de la competencia es solo un golpe efectista que poco solventará el verdadero problema de fondo, uno que se experimenta en cada jornada de entrenamiento y que afecta el desarrollo óptimo del atleta.
En ese sentido, José Medina, representante de un nadador de alto rendimiento también levantó su voz. “La natación va de mal en peor. Aquí se vive en la desidia. Nadie nos ayuda, cuando viajamos a los nacionales representando al estado Zulia, no nos colaboran en nada, siempre tenemos que pagar todo, hasta los viáticos”, remató.
(Fotos: Odailys Luque)