A Jhon Padrón y a su jefe, Luis Hernández, los atacaron en la urbanización Las Lomas por un Ford Fiesta gris. Ambos murieron. De los delincuentes no hay rastros. Se llevaron el vehículo y lo abandonaron en el barrio Felipe Hernández. La Policía lo remolcó hasta la comandancia en Altos del Sol Amado
Jhon Henry Padrón Piña (23) invitó a su jefe, Luis Emigdio Hernández Mendoza (31), a su casa en la urbanización Las Lomas, a tomarse unos tragos el pasado domingo en la noche. Hablaban en el frente de la residencia cuando dos desconocidos los apuntaron y les exigieron las llaves del carro Ford Fiesta gris, estacionado a pocos metros. Ambos se negaron y les dispararon a cada uno.
Rafael Padrón, recordó ayer al mediodía cómo el hampa acabó con su hermano Jhon. Ellos se conocían desde hace tres años, trabajaban en una venta de vidrios y aluminios, y ese día decidieron tomarse unas cervezas juntos. El carro pertenecía a Luis, este se resistió a darles las llaves. Tras la insistencia de su empleado “decidió soltarlas y lanzárselas en el pecho a unos de los vándalos”.
El delincuente al ver que le lanzaron las llaves sobre su pecho, agarró por la camisa a Jhon y lo metió a la fuerza en el asiento trasero del automóvil, placa AB597ZK. Los pistoleros se embarcaron. Hernández corrió hacia el carro y abrió la puerta del piloto para reclamarles y le dispararon en la boca, dijo Padrón.
Los delincuentes bajaron a su rehén del Ford Fiesta, lo balearon en el pecho y huyeron.
Los Padrón al escuchar las detonaciones corrieron de sus habitaciones hacia el frente de la residencia 80B-43 de la avenida 74 de la parroquia Raúl Leoni y se encontraron a los heridos. A Jhon Henry lo montaron en una camioneta Toyota Hilux y lo llevaron a una clínica en La Limpia, murió pocos minutos después, mientras que a su jefe lo trasladó la Policía regional en una patrulla hasta el Ambulatorio de La Victoria, donde le prestaron los primeros auxilios y enseguida lo remitieron en ambulancia hasta el Hospital Universitario, donde llegó sin vida.
Indignación
Los asesinos de Padrón y Hernández abandonaron el Ford Fiesta en la avenida 12 con calle 1T del barrio Felipe Hernández de la parroquia Francisco Eugenio Bustamante. Cuatro horas después del hecho, la Policía halló el vehículo y lo remolcaron hasta el estacionamiento de la sede de la Policía científica, en la vía al aeropuerto.
Los Hernández prefirieron no recordar la noche en la que mataron a su pariente, a quien describieron como un hombre trabajador. “¿Para qué hablar?, ¿para qué reclamar? Si igual a mi hijo no me lo van a devolver. Esta es la Venezuela que tenemos”, expresó con los ojos llorosos la madre de Luis, ayer en la mañana frente a la morgue.
Rafael Padrón sereno, recordó a su hermano Jhon como un joven feliz. “Él era el quinto de seis hermanos. De todos era el más tranquilo, callado y amoroso. Pido a las autoridades que por favor no abandonen el caso y den con los asesinos”.