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Su delirio por los girasoles la delató. Los asesinos de Samira Afif Chaabán Aguilar (28) no la conocían, jamás habían visto su rostro, pero quien los contrató les advirtió que la enloquecían esas flores. Jhoangel José Gamboa Naud y Albenis Enrique Fuenmayor Urdaneta caminaron con el regalo hasta la casa 89 de la urbanización Los Compatriotas. Tocaron a la puerta de su víctima, a las 7.00 de la noche del 22 de abril de 2009. Apenas se distrajo con el arreglo floral le dispararon en la cabeza.
El trabajo fue sencillo y fugaz. Una bala bastó para liquidarla. Los homicidas certificaban el deceso de la mujer, cuando al voltear se toparon de frente con su hermano, Salim Afif (26), y lo balearon dos veces. El asesinato del muchacho no estaba entre los planes, pero del crimen no debían quedar testigos.
Los Chaabán se desangraron uno al lado del otro. Aquella escena, dos cuerpos en un patio, cubierto por sábanas y unas flores muy cerca de ellos, recreaba la imagen de un funeral improvisado. Los dolientes se confundían entre la docena de curiosos, los policías y los periodistas no paraban de preguntar situaciones hipotéticas y desconocidas para ellos.
El novio de Samira, Shariff Carmelo Bravo Atencio, apartó a todos, se acercó hasta su prometida y requisó su cadáver. La despojó de sus joyas y de sus dos celulares. Le guardó las alhajas en una habitación y se marchó con los teléfonos. Nunca explicó a los detectives, el porqué de su reacción.
Hipótesis
Ninguno de sus hijos tenía enemigos, aclaró aquella noche a la prensa Verónica Aguilar Rifo, madre de las víctimas. Horas después, declaró a los detectives que hacía un mes, a Samira habían intentado matarla para robarle un carro. Uno de sus atacantes le disparó, la bala le atravesó la mano y le rozó la nariz. Desde ese momento, a su hija la llamaban para amenazarla.
Los detectives inclinaron su investigación hacia una disputa por celos y su primera sospechosa fue Ana Hilda Soto de Quintero, esposa del amante de Samira. "Esa mujer, tenía semanas amenazando a mi hija por teléfono", dijo Afif Chaabán, padre de la comerciante. Del hombre, solo sabía que era el traumatólogo del Hospital Universitario de Maracaibo Elio Antonio Quintero Betancourt, de 45 años.
Los sabuesos interrogaron a una docena de amigos de las víctimas. Solo los cercanos a la comerciante y al médico daban pistas. Uno de ellos declaró: "El médico era muy celoso con Samira. Ella se ganó la lotería. Él le dio todo lo que quería, se la llevó de viaje hasta Europa".
Cinco días después del doble homicidio, el 27 de abril, los sabuesos interrogaron al médico. Se presentó con un atuendo casual, chaqueta gris, camisa celeste y jean azul. Lo encerraron durante ocho horas en las oficinas y después de aquella entrevista, desapareció.
Antes de finalizar el mes, los policías buscaban al traumatólogo como autor intelectual del doble homicidio y a través de una llamada anónima les informaron dónde se escondían sus cómplices. A Albenis Enrique Fuenmayor lo aprehendieron en su residencia en La Limpia. En sus declaraciones, sostuvo: "Teníamos días tras la pista de la mujer por solicitud del doctor Quintero" (sic). Y delató al resto de los responsables: Johangel Naud, alias el "Chichí", y Leonardo Javier Morantes Sebrihant, a ambos los capturaron en el sector Valle Frío; y a Eduardo José Medina Ramírez, lo aprehendieron en Haticos.
Tras conocer la detención de su hijo Leonardo, Negda Margarita Sebrihant Márquez, se presentó en la sede de la Policía científica. Arribó en Peugeot, modelo 206 negro, placa VCQ-18H. Los oficiales corroboraron que en ese vehículo se trasladaron los homicidas el día del crimen y lo incautaron. Posteriormente allanaron cuatro residencias.
El 10 de septiembre de 2009 presentaron a los cuatro detenidos en Tribunales. El fiscal 1.° de Zulia, Carlos Gutiérrez, acusó ante el Tribunal 1.° en funciones de Control a Albenis Enrique Fuenmayor Urdaneta, como presunto autor en el delito de homicidio calificado; a Leonardo Morantes Sebriant y a Javier Enrique Naud, como cooperadores inmediatos en el delito de homicidio calificado; y a Eduardo José Medina Ramírez, como cómplice en el mismo delito.
Tres años transcurrieron antes del juicio, según sentencia N° 052-12, de fecha 13 de agosto de 2012, solo condenaron a Fuenmayor a 17 años y cinco meses de prisión. Sus cómplices recobraron su libertad. Los abogados defensores alegaron que el crimen estaba viciado, por la publicación en la prensa de sus fotografías antes de la rueda de reconocimiento, y apelaron la decisión.
El final
El traumatólogo no aguantó su conciencia. El 17 de septiembre de 2009 se lanzó del 10.° piso de un edificio en Guatire, estado Miranda.
El comisario César Gómez, en ese entonces jefe de la delegación Zulia de la Policía científica, confirmó la información. Presumió en su momento, que el médico decidió quitarse la vida tras hacerse pública su orden de aprehensión.
Los funcionarios solicitaron el traslado del cadáver a Maracaibo. Antes del sepelio corroboraron su identidad a través de una prueba de necrodactilia. La investigación concluyó. Los amantes terminaron en el cementerio y un inocente pagó con la vida sus encuentros furtivos.
Reseña
Víctima: Samira Afif Chaabán Aguilar (28) y su hermano, Salim Afif (26)
Descripción y fecha: El 22 de abril de 2009 su amante decidió asesinarla por abandonarlo. Los sicarios mataron a su pariente para no dejar testigos.
Imputados: Albenis Enrique Fuenmayor Urdaneta, Leonardo Morantes Sebriant, Javier Enrique Naud, Eduardo José Medina Ramírez y Elio Antonio Quintero Betancourt.
Expediente: Policialmente caso cerrado
Decisión: Solo condenaron a Albenis Enrique Fuenmayor Urdaneta, y Elio Antonio Quintero Betancourt, autor intelectual del doble homicidio, se suicidó.